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miércoles, 8 de junio de 2011

UN EXORCISTA ENTREVISTA AL DIABLO. 9° y 10° ENCUENTROS. CONCLUSIÓN DEL EVENTO.

UN EXORCISTA ENTREVISTA AL DIABLO.

NOVENO ENCUENTRO

La ocasión, más rara que única, de encontrarme con semejante
personaje inició en mí la curiosidad por conocer cada vez más su
manera de ser. Varias cosas habían sido ya dichas, pero habían
sido sacadas en cada ocasión con la habilidad del sacamuelas,
especialmente cuando se trataba de arrancarle una verdad, y esto
se había hecho siempre recurriendo a la Omnipotente intervención
de Ella, que le obligaba a responderme.
Comprendía que no era tan fácil preparar una serie de preguntas
y provocar las respuestas. Sin embargo un día después de haber
orado mucho, a la primera percepción de su presencia, intenté
comportarme como si fuese un juez inquisidor.
Con esta intención, antes de que él introdujese sus discursos, le
puse esta pregunta a quemarropa:
“¿Qué piensas de aquellos que son o parecen muy inteligentes y
sin embargo niegan la existencia de Dios y la de vosotros, los
ángeles rebeldes?"
Con gran sorpresa para mí respondió:
“Son sólo unos insensatos”.
Inmediatamente lo cogí con la pregunta: ¿Qué piensas de
aquellos que niegan tributo a Dios con la voluntad?».
Comprendió inmediatamente que aludía especialmente al hecho
de su negación demoníaca, y respondió:
"Habíamos querido reivindicar nuestra libertad respecto a él”.
“¡Explícame que significa esto! Seres como vosotros, que delante
de Él sois nada, qué ventajas podríais sacar con estas
reivindicaciones".
En vez de responder, le escuché emitir sonidos como los de una
bestia cruelmente torturada. Claramente me hizo comprender que
no insistiese sobre este argumento. Comprendí que su respuesta no
podría ser sino trágicamente negativa y representaba una tortura
que rechazaba manifestar.
* * *
Después, pasando a los sufrimientos que inflige a tantas pobres
criaturas, también inocentísimas, de las cuales en ocasiones toma
posesión le pregunté:
“¿Cómo te atreves, con almas que son ejemplo de Dios,
tabernáculos de Cristo, habitación de toda la Trinidad? Son seres
que Dios ha creado para Sí, y habitando en ellos se hace una sola
cosa con ellos... ¿Cómo puedes hacer esto?".
Respondió de inmediato:
“Tú te enterneces ante los tormentos que inflijo a estos seres;
pero no reflexionas en lo que sufro yo... Y al hecho mismo de que
atormento a estas criaturas"
“¿Qué satisfacciones consigues?"
“Te lo he dicho ya: ¡Ninguna!... Nosotros no ganamos nada al
infligir el mal... Nosotros nos encontramos como sobre una arena
movediza: cuanto más obramos el mal, más nos hundimos”.
"Entonces, deja de atormentar a estas pobres criaturas y vete a tu
morada... Mira como también para ti Dios te ha preparado una
casa...”.
"No es una morada; es un estado que nosotros mismos nos
hemos procurado”.
“Tienes razón. Dios en su bondad, creándote, no podía
predestinarte a un estado semejante. Bien dices que lo habéis
hecho vosotros mismos. Por culpa vuestra habéis llegado a ser
vasos de la ira y de la justicia de Dios. De esta manera mientras
nosotros alabaremos su Misericordia toda la eternidad; con el
mismo Hosanna, Hosanna, Hosanna cantaremos la Justicia usada
con vosotros".
“i Qué sádico eres !”.
Fue una respuesta inmensamente reveladora, que me heló
dejándome profundamente pensativo.
¡Qué grande debió ser la malicia del pecado de los Ángeles, si
Dios, que es tan infinitamente Bueno, los ha golpeado con tanta
Justicia!
* * *
En este momento me vino a la mente volver a la pregunta sobre
las relaciones que los demonios y los condenados tienen entre sí en
el infierno: ¿Se conocen, se hablan según nuestro modo de
entendernos, se hacen compañía?
También esta respuesta fue tremenda:
"Cada uno de nosotros es un solitario... Concentrado solamente
en la amargura de su propia condenación... En una angustia sin
fin... Cada uno tiene su infierno, y es su infierno para la eternidad”.
Repetía la respuesta ya dada en otra ocasión. Yo rebatí:
“No comprendo cómo podáis decir que sois solitarios cuando sois
tantos ángeles caídos que estáis juntos".
"Es así, porque cada uno se ha separado de la unión con nuestro
enemigo. La completa separación de él comporta nuestro completo
y recíproco aislamiento de las criaturas que giran en tomo a él.
Nosotros sentimos esta atracción, pero somos excluidos de su fin
con una violencia irreversible. La atracción hacia él es regulada por
una ley de amor de la cual hemos sido echados fuera y así
permanecemos cerrados en la soledad del odio... El odio es nuestro
elemento, nuestra fuerza y procuramos extenderlo por todas partes.
Queremos introduciros en él a todos vosotros, marmotas humanas.
Hoy nos servimos del odio de razas, del odio de clases, del odio de
ideologías. Y desencadenamos con esto ciclones de catástrofes,
hacemos verter ríos de sangre. Todos los instrumentos de
comunicación están en nuestro poder para la destrucción...”
«Bien veo que vivís de esto... ¿Pero cuándo Dios ponga fin a la
historia?... ¿Cuándo el retorno de Cristo traiga su triunfo final?..
La pregunta quedó sin respuesta

DÉCIMO ENCUENTRO

"Este es el último encuentro al cual soy obligado a tener contigo...
Pero esto no quiere decir que no pueda haber cualquier otro
decidido por mi propia iniciativa y sin ciertas cautelas impuestas por
aquella odiosa tirana... Te podré siempre coger por sorpresa y
cuando menos te lo esperes... Tienes ya demasiadas cosas que
pagarme... No creas que he olvidado las rociadas de agua bendita
que me has tirado encima para alejarme de aquél tal...”
Este discurso explotó de improviso y amenazante, sin los
acostumbrados signos premonitorios, mientras - ni que lo hubiera
hecho aposta - estaba leyendo un pequeño libro llamado L’Era del
diávolo de un autor alemán, Antonio Bohm.
El tono de mi interlocutor era, como siempre, fuerte y arrogante;
también esta vez hablaba con aire de gran señor que dispone de
todo, aunque es apenas el miserable ejecutor de cuanto le es
permitido.
«Es el último encuentro, has dicho, y espero que sea en verdad
así. Mientras agradezco a Ella que ha estado siempre cercana a mí,
como lo estará también en los encuentros por sorpresa con que
amenazas prepararme. Para decirte la verdad, tenía ya demasiado
con tus fanfarronadas y con todas tus bravuconadas con las que
pretendes hacer temblar al mundo... también creo, y ya te lo he
dicho, que el Señor podrá permitir un tiempo grande de prueba para
su Iglesia... Pero sucederá todo bajo su dirección y para librarnos
de la suciedad que has acumulado en ella... Serás, también esta
vez, su encargado de limpieza... Si habrá víctimas, como es
previsible, servirán para hacer más bella y más santa a su Iglesia."
"Eres demasiado irónico y seguro, tu... espera a que sucedan los
hechos. ¡Estoy preparando cosas terribles! ¡Escenas de destrucción
y de sangre jamás vistas! Sobre los pináculos de vuestras Iglesias,
en vez de la cruz, ondeará mi estandarte. "
“Ya nos lo han predicho también esto almas inspiradas. Pero
quizás será tu último desfile como "príncipe de este mundo".
Después intervendrá Él y todo se derrumbará sobre ti y sobre tus
secuaces.”
"Te equivocas. Sin embargo, empieza mi época. Triunfará mí
poder de destrucción. Me presentaré a los hombres sin máscara;
me presentará tal como soy, para que todos tiemblen ante mi
presencia “.
“¡Que va, bufón! Ni siquiera tú, como tantas otras veces, crees en
lo que estás diciendo. Tú sabes bien quien es Dios. Tú sabes que Él
no abandonará jamás a la humanidad a tus diseños grandiosos de
destrucción. Te permitirá solamente aquello que servirá para
castigarla por sus traiciones, y purificarla de sus culpas en las que
tú la has metido, pero no más de esto..."
“¡Ilusiónate, ilusiónate... La humanidad se está preparando por si
misma, gracias a mis inventos ya mis iniciativas, a este suicidio
universal. La bomba de cobalto, la de uranio, los productos
radioactivos de la energía atómica, pulverizarán todo, en pocos
instantes; todo germen de vida será destruido...”
«Así tú reinarás sobre un inmenso cementerio, serás el rey de los
muertos; mientras el nuestro es el Dios de los vivos; por eso os deja
vivir también a vosotros, ángeles rebeldes... Os deja porque debéis
ser los testigos de su triunfo sobre vuestra loca rebelión... Os deja
para que nos contempléis durante toda la eternidad a nosotros los
hombres, - una naturaleza inferior a la vuestra pero Divinamente
transfigurada por la gracia de Cristo, - gozando de la
bienaventuranza que vosotros perdisteis para siempre."
“Este cambio os quema por la eternidad. Expulsados de la Civitas
Dei, habéis trabajado duro para construir la civitas diaboli, una
efímera construcción de papel pisoteado. Puestos en fuga por
Cristo, os habéis dado un Anticristo, una caricatura del Hijo de Dios
para destruir sus obras e imitar de manera ridícula su potencia”.
“¿Por qué no dices antagonista?"...
“¡Te daría demasiado honor! Antagonista es aquel que lucha con
su adversario combatiendo a cara descubierta. Tú, con Él, ni
siquiera se te ocurre, porque sabes que es infinitamente más fuerte.
Sin embargo, con nosotros tienes que recurrir al engaño, a la
mentira; con los ingenuos te presentas como una superpotencia;
con los inteligentes intentas borrar tus huellas, necesitas trabajar de
incógnito, recurres a la astucia de no hacernos creer el ser maléfico
que en verdad eres. Todo lo que consigue hacerte pasar
desapercibido, lo pones en marcha recurriendo a mil astucias.
También has logrado persuadir a las inteligencias más vigilantes
para que no vean nada de malo en todo lo que el hombre puede
hacer. El delito se manifiesta mediante un dinamismo progresivo. El
psicoanálisis, presenta el pecado como una enfermedad, librando
aparentemente al hombre de toda responsabilidad. Los escrúpulos
de una conciencia turbada por las culpas intentan camuflarse como
residuos de tabú provenientes de viejas prohibiciones no motivadas.
Por otra parte, para convencer a los hombres de tu poder absoluto
utilizas la propaganda del terror”.
* * *
"Me doy cuenta, en todo este discurso tuyo, que te crees un
especialista de bagatelas demonológicas con el añadido de que ni
siquiera te percatas de las tonterías que tu presunción te hace
decir”.
"Quizás no logro decir todo sobre tu ser y tu naturaleza; pero tú
sabes que te conozco bastante. Sé que para comprender tu obrar
maligno tengo que recurrir a tu origen y a tu naturaleza, tal como
nos son presentadas en la Sagrada Escritura, especialmente en el
Evangelio, y en la tradición cristiana. Estas son para mí las únicas
fuentes fidedignas: Las únicas para comprender el origen del mal;
eras una criatura predilecta de Dios y has llegado a ser un rebelde;
eras un ser de luz y ahora eres espíritu de las tinieblas. Esto eres
tú. Puedes camuflarte con todas las artimañas. Tus características
son éstas: Una criatura perdida para siempre, un ser sin redención".
“¿Has dicho todo?”.
"Creo, sin embargo, haber dicho demasiado poco. Ni me importa
saber más. Tengo suficiente para odiarte y estar en guardia contra
todas tus tretas. Y sobre todo para orar, orar mucho por todos los
que ceden a tus engaños. Pero en esto sé que no estoy solo. Están
conmigo millones de almas que luchan contra ti. Está con nosotros
Jesús. Está también su Madre Bendita".
“Tenemos, sobre todo, en nuestra mano la facultad de renovar
cada día el sacrificio redentor de Cristo: Basta esto sólo para
destruir totalmente tu efímera potencia. Basta una Misa para
arrebatarte millones de almas".
“Siempre las mismas tonterías. No me has permitido decirte todo
lo que quería. Hablarán los hechos, te lo repito. "
Ya te lo he dicho: No te tengo miedo. Está con nosotros Él, que
es más fuerte que tú, y sólo para tu mayor castigo no te destruye
totalmente. Si nos tocará sufrir, lo bendeciremos. A cambio de los
sufrimientos de aquí, Él nos prepara un premio que te hará temblar
de envidia. Para ti será sólo el peso de tu condenación, el fuego
inextinguible de tu orgullo y al final de los tiempos la trágica
imposibilidad de poder continuar haciéndonos el mal y la envidia
torturadora al sabernos bienaventurados para siempre en el
paraíso, por ti perdido".

CONCLUSIÓN DEL ACONTECIMIENTO

En la conclusión de este acontecimiento sucedió un hecho
insólito. Llevaba ya varios días con mi ánimo en la necesidad de ir a
dar gracias a la Virgen ante su imagen en la que había
experimentado el impulso para escribir estos "encuentros” y por
haberlos podido realizar con Su protección, que me puso a seguro
de cualquier posible superioridad del Enemigo. Así es que una tarde
fui a la iglesia donde aquella querida imagen es venerada en Roma
y arrodillado a sus pies comencé a darle las gracias.
A los pocos minutos, proveniente de la primera fila de los bancos,
donde estaba también ella orando, se me acercó la muchacha de la
vez pasada.. Me impresionaron también ahora sus ojos
luminosísimos y dulces y su sonrisa excepcionalmente encantadora.
“Eh, ¿ha quedado contento de haber obedecido?”.
“Perdón, señora...”
"No, señorita”.
"Podría decirme, señorita, ¿quién es Vd?.
 “Mi nombre no importa, déjelo así le ruego que no le busque. Le
digo que estoy contenta de que Vd haya obedecido".
“Se ve que está muy interesada en este asunto".
“Sí, muchísimo. Ahora se lo digo." Entonces cogí una silla que
tenía cerca y me senté a su lado, en un ángulo apartado, y ella
comenzó a hablar con voz baja y calmadamente me dijo:
Quería decirle que ha hecho mucho bien al escribir esa
entrevista.
Comprendo que pocos le creerán, pero es necesario no callar El
enemigo recurre a todo tipo de argucias para no hacerse descubrir.
Quiere trabajar escondido. Y lo logra.
Ustedes, los sacerdotes, deben desenmascararle. El Señor les
concedió contra el demonio un poder especial del que no son
conscientes… Él tiene un miedo terrible de ustedes, sacerdotes. Por
eso les odia más que a los demás, les rodea, les tienta y les hace
caer. Son muchas las víctimas que va haciendo entre ustedes.
Y pensar que son muchos los sacerdotes que no creen en su
presencia, ni en sus obras. Hablan de él por diversión, por burla, y
no piensan que se trata de su enemigo capital.
¡Es una situación triste! Vd. No se preocupe de lo que digan
sobre lo que ha escrito. Déjeles reír. Muchos son instrumentos
suyos y no se dan cuenta. Obedecen sus órdenes pero Dios les
observa. ¡Si viese qué horror, qué repugnancia dan ciertas almas de
sacerdotes, llenos de orgullo, de impureza, de rebeldía y
sembradores de escándalos! Si Dios les concediera ver su alma,
aunque solo fuese por un instante y mirarse al espejo! ¡Se han
dejado arruinar por su enemigo y no creen en él! ¡Dios mío, qué
horror!
Vd confíe su escrito a manos de Ella y no se preocupe. La gracia
de Dios podrá servirse de estas páginas para iluminar tantas almas
Y esto tiene un gran mérito. Dios le bendiga”.
"Muchos me ridiculizarán".
"No le preocupe”,
Aquí la muchacha, con la cara de nuevo sonriente, se levantó,
hizo una genuflexión hacia el altar, me saludó y se fue.
Me quedé con la impresión de haberme encontrado con una de
aquellas almas escondidas, pero muy queridas por Dios. No es una
persona creada por mi fantasía. Está viva y es verdadera.


EDITORIAL PRO SANCTITATE
ROMA
Se acabó de imprimir el 2 de febrero del 2004
Fiesta de la Virgen de Candelaria
Traducido de la 3' edición en italiano por AGP
Ejemplar sin valor comercial.
Si desea obtener ejemplares escriba al Apartado 992
38400 Puerto de la Cruz (Tenerife)

UN EXORCISTA ENTREVISTA AL DIABLO. 6°, 7° Y 8° ENCUENTROS

UN EXORCISTA ENTREVISTA AL DIABLO
Una tarde apenas había entrado en la habitación, y cogido por sorpresa por el imprevisto estrépito de un galope que me tuvo la respiración suspendida y me hizo comprender que se trataba de él.
«Esta vez has venido con el propósito de asustarme».
"Si pudiese hacerlo, sabría muy bien cómo hacerte temblar de miedo. Tú no sabes que tengo la fuerza de hacer temblar toda la tierra, si quiero. Tengo la fuerza de aguantar esta pelota del globo donde habitáis y lanzarla contra los demás astros o incluso tirarla en una de las bolsas solares y reducirla a cenizas."
“Has dicho: si quiero pero precisamente es esto lo que tú no puedes hacer. ¡El mundo está en manos de Aquel que lo ha creado, no en tus manos, bufón! Sé muy bien qué serías capaz de hacerlo; pero, encadenado como estás, no puedes dar miedo ni siquiera a un niño. Una vez más, tú eres un perro atado a una cadena. La inocencia de un niño te da miedo como la espada llameante de un arcángel".
"Goza de tu seguridad. Ahora te digo que pronto llegarán días en los cuales todo el mundo temblará con mi avanzada. Estoy preparando un desbarajuste universal que no te lo puedes imaginar".
“¿La bomba atómica?”
“Mucho peor. Antes, y más que todo esto, me importa el desconcierto de la humanidad entera, comenzando por la Iglesia, que debe ser la primera en desaparecer, esta durísima Iglesia Católica, que ahora la haré desaparecer en un baño de sangre”.
"Si Dios te lo permitiera..."
“Lo sé: os refugiáis en el viejo versículo “no prevalecerán". Sin embargo prevaleceremos. La meteremos en desconcierto, combatiéndola desde dentro”.
"Será quizás una prueba más fuerte que otras sufridas en el pasado. Una nueva gran marea. Después el Señor te dirá: «basta» y sobre tus ruinas resplandecerá de nuevo el sol de su triunfo.
Purificada, la Iglesia florecerá como en primavera.
“Sin embargo el golpe que estoy preparando no será como los otros. Hasta ahora, en la Iglesia, a la que cogía por asalto, había un punto invencible de resistencia que me hizo perder muchísimos ataques. ¡Ahora verás!"
“Hace pocos decenios inspiré a Lenin, uno de mis mejores colaboradores, que para acabar con la religión era más importante introducir la lucha de clases en el seno de la Iglesia que atacar de frente la religión. Se trata de obrar disolviendo, de formar focos de división entre los fieles, pero sobre todo en los ambientes eclesiásticos y religiosos. Dividir a los obispos en dos bloques: los integristas y los progresistas. Revelar a los sacerdotes contra los obispos con miles de pretextos. Atacar de frente a la iglesia como combatiendo, para su bien, sus estructuras anticuadas y los abusos que la desfiguran. Con hábiles golpes formar en los ambientes eclesiásticos núcleos insatisfechos para atraerles poco a poco al clima fecundo de la lucha de clases. Adaptación lenta y paciente, con infiltración de nuevos contenidos en las ideas tradicionales. Se trata no de liquidar, en un primer momento a la Iglesia, si no de ponerla en el dique seco, incorporándola al servicio de la revolución comunista. El resto vendrá después”.
Una pausa alargada durante la cual miraba a mi Virgencita y mentalmente la invocaba. La voz volvió con un tono ronco, rabioso como rugido de bestia. El maligno subrayaba así sus propósitos catastróficos.
“Ahora estoy preparando un asalto táctico sobre todo contra aquel vestido de blanco. Él tiene sus activistas fanáticos. Me hace reír. ¡Que se atrevan a encontrarse con los míos! A los míos los escogeré sobre todo entre los suyos. Serán las mejores palancas.
Comenzaré a encerrarlo poco a poco en un aislamiento completo. Induciré a sectores enteros de la cristiandad a abandonarlo. ¡Después vendrá el asalto que lo eliminará!"
"Hablas con tal seguridad que simplemente te hace ridículo”.
“Con una seguridad, como puedes ver, que no tengo ni el menor miedo de revelarte mis planes. Por lo demás, ¿qué podrías tú contra ellos?"
"Orar al Señor para que te fulmine y para que la Virgen tenga bien custodiado a aquel vestido de blanco, que es su hijo predilecto”.
Él respondió con una palabrota e inmediatamente volvió a la carga:
“En un segundo momento trabajaré uno a uno a todos los párrocos con respecto a su pastor. Hoy el concepto de autoridad no funciona como antes. He logrado darle un golpe imprevisto e irreparable. El mito de la obediencia está ya superado. Por esta vía la Iglesia será llevada a la pulverización. Mientras tanto voy adelante diezmando continuamente a los sacerdotes, a los frailes hasta llegar a vaciar totalmente los seminarios y los conventos.
Quitados del medio los así llamados `obreros de la viña', se introducirán los míos y tendrán vía libre en su trabajo definitivo”.
"Pareces un estratega rico en fantasía, no hay nada que decir. Salvo que programas todo como si Cristo, el verdadero Jefe de la Iglesia, la hubiese abandonado para siempre y Él estuviese nuevamente muerto sin esperanza de resurrección. Tú, bufón grandilocuente, no ignoras que la Iglesia es Él. Ella es su Cuerpo místico. Y sabes bien que detrás del pastor visible está Él invisible y Él es fiel a la palabra dada: «No tengáis miedo, dijo, Yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos». Prueba y verás, tendrás que encontrártelas con Él y ¡huirás ante su sola presencia¡.
Además, está María, Ella es la Madre de la Iglesia y basta una señal suya para tener paralizados a todos los ejércitos infernales”.
“Los acostumbrados viejos chismes. Todos estáis embutidos en frases hechas. Todos estáis adiestrados en el uso de estos temas comunes. Hoy, los primeros en reírse de estas frases hechas son vuestros sacerdotes, vuestros doctores, a los que yo he hinchado con el espíritu del orgullo y con el espíritu de rebelión. Mira cómo han sabido cambiar el moho teológico por los grandes ideales de la historia. Me he preparado y me he llevado a mi bando a sacerdotes politiqueros, a sacerdotes que apenas dicen Misa alguna, a sacerdotes chacharacheros, que asiduamente frecuentan ciertos grupos errados, a la caza de citas galantes, y cuando en torno a ellos surge el escándalo, en vez de avergonzarse como antes, se vanaglorian con alegría, y se sienten felices de haberse liberado de pesos insoportables. ¡Y ni decirte de los sacerdotes que sólo piensan en hacer dinero! Todos estos son mis mejores obreros".
"Has recorrido ya en el pasado los mismos caminos y Dios te ha dejado realizar también algunas conquistas. Sin embargo recuerda que cuando parecía que la plaga iba a gangrenarse y a extenderse a todo el cuerpo, Él intervino sin movilizar contra ti a ejércitos espectaculares, sino trabajando con unos pocos, en el silencio. Tú cuentas con la masa, Él cuenta con unos pocos. Cuántas veces Él nos ha hecho ver que sirve más a la Iglesia un pequeño número de auténticos sacerdotes y religiosos, llenos de espíritu evangélico verdaderamente impregnados de fermento evangélico, impregnados de Amor y fervor, preparados a la renuncia, dispuestos al sacrificio total, quiero decir: Él cuenta con unos pocos santos mas que con una masa de sacerdotes burócratas, secularizados, embebidos en la mundanidad y mujeriegos. Dios te los regala, no sabe qué hacer con ellos, Él se servirá de unos pocos, pero serán suyos, y con éstos restaurará su Iglesia”.
“Estoy seguro de que te darás cuenta de que hoy en la Iglesia se encuentra trabajando un buen frente de almas silenciosas, no importa de que condición ni raza, especialmente sacerdotes y religiosos, que se preparan para combatirte. Muchos de ellos se unen en el nombre de María, proceden de nidos de oración y de amor a la Iglesia, y de obediencia al Papa. Trabajan por una Iglesia consolidada en su unidad y aceptan toda renovación legítima, pero rechazan las innovaciones arbitrarias, y están persuadidos del servicio insustituible del romano Pontífice y se aprietan en torno suyo como al único principio verdaderamente sólido de su unidad.
Esta persuasión también se va haciendo camino secretamente entre algunos hermanos separados". “Son almas silenciosas, que en vez de agitarse, trabajan en vez de proclamar discursos grandilocuentes, oran; en vez de pedir reformas continuamente, se reforman. Son almas escondidas, de las que sería difícil hacer una estadística, pero se sabe que existen, realmente se encuentran por todas partes, y se reúnen en grupos de oración y fraternidad. Quizás nunca como hoy florecen tantos Santos en la Iglesia. ¡Cuántos grupos de almas fervientes vemos surgir al servicio de la Iglesia!. Ella cuenta con éstos grupos, en su capacidad de fermentar a la masa. Son las revanchas de la generosidad divina a favor de la iglesia. Almas que trabajan en un apostolado capilar, que van descubriendo el rostro de Cristo en el ejercicio de la Caridad hacía sus hermanos, los pobres, los marginados, los más necesitados".
“¡No, espíritu rebelde! El balance de la acción de Dios en el mundo y en la Iglesia no es un fracaso. El curso de su acción no está paralizado por tus sabotajes. La Iglesia tiene direcciones y brotes que son invisibles y lejanos; pero Él está actuando siempre en Ella. ¡Invencible es Él! ¡Invencible es Ella! Y tú lo sabes, tú lo crees y tú solamente puedes aprovechar al máximo el tiempo que todavía te queda para hacer el mal. El día en que nuevamente escuches con pavor "Quien como Dios", será el día de tu derrota definitiva. ¡Para siempre!".
A este punto mi interlocutor se había ya marchado.
SEPTIMO ENCUENTRO
"¡Es sólo cuestión de tiempo!…"
Esta imprevista y perentoria afirmación interrumpió mi lectura de un libro que me estaba interesando mucho. Un grito de pavor me contuvo la respiración. Pero mi Protectora vino inmediatamente en mi ayuda y me puso tranquilo en la escucha, Esta vez el maligno se puso a hablarme con una solemnidad insólita, casi declamatoria: se reveló como el acostumbrado fanfarrón.
“¡Es cuestión sólo de tiempo! El proceso de destrucción de la Iglesia ya está en camino, una destrucción radical e imparable. Mis planes se cumplirán con una precisión y una puntualidad que os dejará estupefactos. Pronto esta vieja y podrida carcasa seguirá la suerte de tantas otras instituciones que han resistido un cierto tiempo y después han desaparecido... "
“¿Pero no ves, bufón, que siempre vuelves con la misma canción? Te falta siempre toda originalidad y fantasía, incluso para organizar el mal y así en vano intentas darme miedo".
"¿Por qué no me dejas continuar?"
Porque eres tremendamente aburrido. Me pareces un comediante que en la plaza repite siempre las mismas payasadas. Convéncete de que con tu insistencia en la amenaza de destruir a la Iglesia no sólo no me impresionas, sino que incluso me haces reír. La Iglesia, aunque está constituida por hombres que tienen sus miserias, es institución de Cristo, le pertenece a Él y sólo Él la gobierna en sus acontecimientos. En sus designios misteriosos Dios hace que la Iglesia obtenga ventajas incluso de las persecuciones y de las herejías. En el pasado, gracias al surgir de errores heréticos, muchos puntos de la doctrina Católica han sido profundizados y precisados. Por esto la Iglesia mira con serenidad también a los teólogos contestatarios y confusos que hoy abundan. Con relación a ciertos problemas todavía no madurados, estos teólogos pueden tener una indisciplinada sensibilidad pero esto incluso puede ser estímulo para estudiar algunas cuestiones planteadas por ellos mas atentamente y descubrir en el fondo los elementos de verdad y de claridad útiles para el crecimiento de su depósito doctrinal”.
"¿Y tú no estás repitiendo las mismas declamaciones?"
"Hace más de medio siglo que estás combatiendo contra Dios para hacerle desaparecer de Rusia, ¿lo has logrado? Lo sé, has hecho un mal inmenso a aquellas almas, pero la necesidad de Dios no has logrado quitarla todavía de millones de ellas. Has prometido a aquel pueblo un paraíso en la tierra y lo has hecho tan encantador y deseable que muchos se escapan de él en cuanto pueden”. “Corres demasiado y en tus locuras te atarán las manos".
Hoy te quiero decir algo nuevo. Algo de lo que quizás no te hayas dado cuenta. Hoy se ha unido decisivamente a nosotros la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia, cuyo solo nombre - no quieres ni oírlo, por eso te lo repito - te hace temblar. Ella que ha dado la primera vez al mundo a Jesús, está ahora trabajando silenciosamente para colocarle de nuevo en las almas que se han alejado de Él. Se quiere servir de nosotros los sacerdotes: un grupo escogido de fidelísimos, preparados para inmolarse por su causa.
Los está recogiendo de todas partes del mundo, sin ningún aparato organizado, es Ella misma quien les llama dulcemente a reclutarse en su Movimiento Sacerdotal. Les llama sus predilectos. Esta Madre les está trabajando con corazón de Maestra, para entrenarles en la oración, en el amor a Jesús Eucarístico, en la fidelidad total al Papa”.
"Ella nos ha advertido de una gran tribulación que está llegando, que pronto nos darás gran batalla. En la lucha te enfrentarás con un grupo de sacerdotes asistidos y sostenidos por Ella. Contra tantos que se han dejado seducir por tus artimañas y que has alejado de Ella, María opondrá sus sacerdotes, les revestirá de su potencia. Les hará intrépidos en la hora de la gran purificación. A ellos confía la tarea de defender el honor y la causa de Jesús y de su Iglesia; serán los que acompañarán al Santo Padre en el camino del Calvario para verle vencer por medio de la Cruz. Esta seguridad nos viene de Ella y nosotros la vivimos con alegría."
“Comprendo, ¡todo sobre la falsa línea de las escenas absurdas de Fátima!...”
“Precisamente, aquí en Fátima, cuando nuestra Madre bendita ha preanunciado momentos terribles para el Papa, le ha prometido además su protección especial. Ella le defenderá por medio de sus sacerdotes, hombres forjados en la oración y muy amantes de su Rosario: El arma que te huele tan mal y te da tanto miedo. Tienes un terror invencible a todo sacerdote que ora. Continuamente lo experimentas, por eso recurres a todas tus artimañas para distraerle en la oración. Ahora María está preparando no sólo a uno, sino a un ejército de sacerdotes que oran, y que son amantes del Rosario.”
“Esta Madre Divina no nos engaña. Nos ha advertido muy bien que la hora de la prueba vendrá y que será dura. Pero nos asegura que en el momento en que creas ser el señor del mundo y te sientas seguro vencedor, Ella misma intervendrá para arrebatarte de la mano la presa. Tú serás destronado y al final la victoria sólo será de Jesús. Jesús quiere obtenerla así para tu mayor humillación, por medio de una mujer. Y la victoria de Ella será el triunfo del Corazón Inmaculado en los países sin Dios y en todo el resto del mundo.”
“¡Qué rápido eres para desdramatizar! Espera que lance contra vosotros a mis hombres transformados en verdaderos endemoniados. Les estoy preparando y entrenando para el ataque, que será pronto, imprevisto e inenarrable”.
"Nosotros nos armaremos de nuestra fe y estaremos a la espera… Dios no nos dejará solos. Contaremos con la protección de su Madre".
“He obtenido ya de hacerles trabajar al descubierto. No creerán que son manipulados por mí. Hoy ya nadie cree en mi presencia en el mundo. Prueba a hablar de mi acción en medio a vosotros. Te cubrirán de ridículo”
“Sí, en esto eres muy hábil. Pero no todos se han dejado atrapar por tus artimañas. Existe quien cree y advierte éste tu nefasto trabajo en medio del pueblo de Dios. ¡Tenemos aún la oración de la Iglesia contra ti, y recurrimos a ella!".
"¿Crees que los míos se detendrán ante cuatro perros que ladran?"
“¡Son sacerdotes de Cristo, no perros! Tú lo sabes: Quien durante su vida terrena, te arrojó de tantos pobres hombres poseídos, continúa arrojándote por medio de sus sacerdotes. Las derrotas que vas consiguiendo las conoces muy bien. Conocemos la rabia que te asalta cuando un sacerdote te barre y te ordena abandonar a las criaturas que tú has destrozado para satisfacer tu instinto maléfico. Es un poder comunicado por Cristo a sus ministros, incluyendo el mandato de ejercitarlo: “En mi Nombre arrojaréis demonios”. Y nosotros los sacerdotes lo hacemos. En estos choques entre tu poder y el de la Iglesia a nosotros comunicado, el balance para ti es absolutamente un fracaso. Es una experiencia que te aplasta."
“¡Retórica!... ¡Retórica!... ¿No ves como todo el horizonte se oscurece? Espera todavía un poco y verás como yo desencadeno un huracán... ¡Todos temblaréis como pobres hojas, y todas serán arrancadas del árbol”.
“Veo que conoces bastante bien la fuerza del miedo, la potencia del terror en el doblegar a los hombres a tus deseos. La esclavitud despiadada con que dominas regiones destruidas es invención de tu genio maléfico. Dios nos conquista con el amor y nos impone un peso ligero, tú tienes a los tuyos sujetos con puño de acero y con el asombro. Para que no se te escapen, recurres a las cárceles de hierros. ¡No obra así nuestro Dios! El terror es la fuerza de tu gobierno, que es gobierno de opresión y de odio: ¡Tú mismo lo has dicho! Nosotros no tenemos ningún motivo para temer tus argumentos catastróficos de fin del mundo..."
"¡Estás muy seguro de ti mismo; pero verás!”
“Podemos temer todo de nuestra debilidad! Pero es precisamente esta debilidad la que nos hace recurrir a Quien es nuestra fuerza! Nosotros sabemos que en el cielo hay un Padre Omnipotente que nos ama: y es la revelación más tierna y exultante de Jesús. Con la fe en este amor nosotros desafiamos todos los pesimismos que puede inspirarnos la visión de un mundo tan horriblemente descompuesto por ti. Desafiamos todos los miedos que intentas insinuarnos con tus amenazas para desplomar nuestra resistencia al mal. Espíritu mezquino y malvado, ¡Dios está con nosotros!
Mientras que tú eres un maldito de Dios. Nosotros tenemos fe en el amor, es esta fe la que te hace temblar, por eso recurres a todas tus artimañas para arrancársela a las almas. Para vencerlas tienes necesidad de desarmarlas".
"¡Cuando veáis mis milagros terroríficos...!”
“Tú no puedes hacer nada más que simulaciones de milagros. Los verdaderos son el sello exclusivo de Dios. Contra Él, que es el Autor de la vida, has organizado hecatombes de muertes; te complaces haciendo millones de víctimas con las guerras atómicas, con las ejecuciones en masa realizadas por los policías de estado, con los abortos que llevan a una escala ascendente que supera todos los exterminios registrados en la historia. Pero olvidas que la muerte ha sido vencida por el Autor de la vida. Al final de los tiempos se hará el balance entre las ganancias hechas por Dios y tus pérdidas”.
Aquí el maligno se enfureció. Me vino a la mente la oración del exorcismo ya usada, privadamente, otras veces con éxito para liberar las almas horriblemente vejadas por el maligno. Es una oración para mi uso privado, pero que siempre he experimentado como eficaz. Es ésta:
Señor Jesús, durante tu vida mortal, siempre tuviste una inmensa piedad por las almas poseídas y atormentadas por Satanás, y jamás dejaste de liberarlas con el poder de tus palabras. Diste este mismo poder a tus discípulos y ordenaste que lo ejercitarán, diciéndoles: “En mi Nombre expulsaréis demonios”. Armados por este Divino mandato, confiando en la potencia de tu Nombre y en la intercesión de María, vencedora del enemigo infernal:
Yo te digo a ti, Espíritu inmundo, que dejes en paz a esta criatura de Dios: por lo tanto, te exorcizo en el nombre del Padre + que la ha creado, del Hijo + que la redimido,+ del Espíritu Santo + que la santificado. Te exorcizo en el nombre de la Bendita Virgen María + que la ha puesto bajo su custodia; en el nombre de San Miguel Arcángel + triunfador de todos los Espíritus rebeldes, y en el nombre de todos los Santos y Santas + que esta alma invoca con confianza.
Te ordeno, Espíritu maldito, no yo pobre pecador, sino como sacerdote de Cristo; no por virtud mía, sino por la de Jesús vencedor de todos los enemigos infernales, no con mi poder, sino con el que me ha sido dado por la Iglesia; te ordeno salir de esta criatura de Dios e irte al infierno, preparado para ti y para tus seguidores, en el nombre del Padre +, del Hijo + y del Espíritu Santo + Amén.
Al finalizar esta oración esperé que el Maligno diese algún signo de reacción pero no se hizo oír más. Me pareció salir de un sueño atormentado. Estaba bañado en sudor, y el alma recobró pronto dulcemente la serenidad.
OCTAVO ENCUENTRO
Apenas me había dormido un poco en la siesta cuando la habitación fue inundada de un hedor que me hizo contener la respiración. Miré a mi alrededor: la puerta y las ventanas estaban cerradas. Era un aire fétido que se movía como agitado por un ventilador. ¿Qué sucede? Pronto me di cuenta de que esto significaba una nueva visita del Maligno e invoqué la asistencia de Ella.
"¿Será acaso tu billete de presentación?”
“¡Sí!”
“No sabía que un espíritu puro se anunciase con tanto hedor".
“Apenas he soplado sobre el hedor de vuestras miserables carroñas".
"Pienso por el contrario que sea el tufo de tu esencia de pecado”.
"¿No has dicho tú mismo que un espíritu no puede oler mal?"
"No es del todo así pero basta: en nombre de tu gran enemiga, ¿Qué quieres?
"Interrógame"
Me recogí un instante en mi mismo: “Háblame de las artimañas que utilizas para seducir a las almas"
“¿Tienes necesidad de que te lo revele yo? Eres maestro en Israel “.
"Pero prefiero que me hables tú de ello, maestro de seducción”. Parecía que no se decidiese a responder: pero advertía que estaba allí.
“¡Vamos, te impongo que me respondas!"
"No se necesita mucha habilidad para atraparos en el lazo a vosotros, miserables. Sois tan estúpidos y tan frágiles que da vergüenza a quien os ha amasado. Normalmente, puestos delante de lo que Él os prohíbe, basta un pequeño empujón”.
Esto puede suceder con almas desprevenidas, que no tienen suficiente temor de Dios, que no recurren a los medios para vencer tus tentaciones, sobre todo si no oran y si no tienen contacto con el Señor... ¿Pero las otras?"
“A éstas me las como lo mismo; se necesita solo un poco más de tiempo y de paciencia. Basta conocer los gustos, las tendencias, los innumerables enganches que todos lleváis consigo y con los cuales os aferráis: la lujuria, la ira, la ambición, la envidia, el orgullo, la sed de dinero, de bienes terrenos, la maledicencia... Si supieseis los servicios que nos hace una lengua maléfica sembradora de discordias... A las almas que muestran mayor resistencia no me acerco jamás a ellas con un asalto frontal. Las conquistó con maniobras y doy vueltas alrededor, o excavando el terreno bajos sus pies, provocando las pasiones hasta cansarlas, y llevándolas también a la desesperación. Persuadiéndolas poco o poco de que ciertos mandamientos son imposibles: que vuestro amo es un tirano; que tal cosa no puede ser pecado...”
"Es la artimaña que hoy estas utilizando más, demoler el sentido del pecado...”
"También aquí mis mejores colaboradores son los sacerdotes...Si supieses cuánto me ha costado cansarles de estar en aquellas casetas para escuchar cantinelas!... Así finalmente he logrado que se predique que la confesión no es necesaria, he logrado despoblar los confesonarios y enviar un montón de gente, que es mía, a hacer grandes comilonas de comuniones. Si supieses a cuántas meretrices, a cuantos comilones y profanadores, ladrones y violentos les mando a recibirla".
"Estoy convencido de que generalizas demasiado y que contra tantos que caen en esta trampa, hay tantos que huyen de ti, especialmente si son almas que oran y se esfuerzan por vivir en Gracia".
Una pausa muy larga: «¿No es verdad que el arma de la oración te da miedo y que en tus asaltos te hace retirar avergonzado?".
"Debo admitirlo: pero contra aquellos que usan la oración no los ataco jamás de frente. Busco poco a poco y de todas maneras posibles, molestar su oración, distraerles con mil tonterías, llevarles lentamente a la náusea. Mientras tanto intensifico contra ellos mis tentaciones. A la vez buscó convencerles que Él no les escucha, que es inútil la oración, porque aún no ha perdonado ciertos pecados pasados, porque se ha abusado demasiado de su Misericordia....
“La vieja trampa: primero haces caer a las almas en el pecado persuadiéndoles de que no es pecado, y que Dios perdona todo; después de haberles hecho caer, les restituyes la vergüenza para no confesarse por lo que han hecho, haces revivir el sentido del pecado y lo agrandas hasta hacer creer que para ellas no hay perdón. Primero la presunción, después la desesperación: dos vías óptimas para perjudicar a las almas".
“Es un truco que da resultado...”
“¡Sin embargo la Misericordia de Dios es infinitamente más grande que tus artimañas y que tus conquistas momentáneas. Las almas le han costado la sangre de su Hijo y conoce infinitos caminos para encauzarlas a su dominio!".
"Hay que ver cuanto exageras pensando en eso de la Misericordia”
En este momento fui yo quien tomé una pausa de tiempo. "Esta es una de tus insinuaciones más diabólicas y la más mentirosa. Sabes que Dios nos ama infinitamente, que una sola gota de la sangre de Jesús basta para lavar todos los pecados del mundo, que nosotros podemos pecar por falta de confianza en su Misericordia, pero jamás por haber creído en su indulgentísima bondad. Para ti no hubo ni habrá jamás perdón; para nosotros siempre; basta que no lo rechacemos tenazmente, conscientemente, hasta el último instante. Él, antes de dejar un alma en tus manos, usa todos los recursos de su amor, que son infinitos. ¡Todo esto lo sabes, lo experimentas en todo momento y la omnipotencia de este amor gratuito y redentor que Él tiene por nosotros es el infierno de tu infierno!".
“Eres el abogado de una causa muy mal presentada. Tú dices que él es omnisciente, mira dónde llega su perfidia, su cínica crueldad... sabe que muchos de vosotros seréis míos, lo prevé, sin embargo los crea, ¿Por qué los crea?, ¿para quién? ¡Para mí!"
“He aquí otra artimaña con la que buscas embaucar a las almas. Me basta creer firmemente en el Amor para rechazar estas insinuaciones. Dios nos ha creado por Amor. Nuestro destino es el de Vivir el Amor en Dios ocupando los puestos de los que tú y los tuyos habéis sido arrojados. Para eso nos ha redimido y nos ofrece todos los medios para alcanzar su redención. Sin embargo Dios respeta siempre nuestra libertad, por eso no coarta a nadie para que acepte su salvación... Pero en sus manos dispone, con su Bondad, inimaginables caminos para inducir también a las almas rebeldes a la dócil aceptación de su Gracia".
"Ahora eres tú quien estás filosofando”.
"Déjame decir: El don de la libertad confiere al hombre un valor y una dignidad inviolables, tal es, que si alguno abusara de ellos...Dios ha querido antes correr el riesgo de dejarlo libre y aunque voluntariamente quisiera perderse, Él nunca le privaría de su libertad. Es el hombre el que no quiere dar a Dios su amor, no es que sea Dios el que no quiera Amar al hombre, como tú quieres presentar. Dios es puro Amor en todos sus actos, si no, no sería Dios.
“¡Tú no quieres responder a mi objeción!...”
“¡Eres tú quien no quiere comprender! La libertad la Misericordia, el sufrimiento, especialmente la muerte de su Hijo, la comunión de los Santos, su Gloria eterna son tales bienes que justifican por sí mismos el permitir la posibilidad de la pérdida voluntaria y obstinada de algunos malvados que libremente decidan meterse y colocarse en tu bando”.
“Tú deliras y no me dejas hablar… Has dicho que Él ha preferido correr el riesgo de la pérdida... “.
"Sí, lo he dicho. Pero Él ha hecho todo lo que era posible para atenuar, para alejar ese riesgo. Él podía, es verdad, recurrir a su Omnipotencia eliminando además el argumento de tal riesgo. Pero Dios no se comporta como vuestros tiranos, que cuando no pueden doblegar una voluntad, la matan. Él no es el Dios de muertos, sino de Vivos. Él no ha querido privar a los obstinados de su libertad de elección. Ha tenido hacia ellos un respeto infinito. Pero, repito, para impedir la trágica posibilidad de su ruina, ha hecho todo lo que Divinamente era posible".
"Te comportas en tus delirios como un viejo escolástico...”
“¡Acepto! desde el momento en que Dios nos ha amado hasta el punto de darnos la Sangre y la Vida de su Hijo, no hay objeción alguna posible contra la inmensidad y la universalidad de su Amor. Es verdad que al mismo tiempo en que nos hacía tan gran don, veía a aquellos que habrían rechazado Su salvación. Y sin embargo los creó igualmente; obró en su Omnipotencia operando la Creación, conociendo aquella parte de los que, a pesar de su Amor, le rechazarían obstinada y voluntariamente. ¡Misterio adorable! Sin embargo, te baste saber a ti, misterio de iniquidad, que si no hubieras vertido sobre la humanidad las cataratas del mal y del pecado, nosotros los hombres no habríamos podido ser capaces de conocer hasta qué punto nos ama Dios. La Iglesia - repito - paradójicamente nos hace cantar: "¡Oh feliz culpa la de Adán!"
“Y aún así me ganaré a la mayor parte de las criaturas tan amorosamente redimidas por Él”.
“¿La mayor parte? ¡mientes! La sangre de Cristo tiene tal eficacia Salvadora que tú no puedes ni podrás lanzar desafío semejante al Amor de Dios. Esta sangre ha sido esparcida sobre todos los hijos de Adán, sin que exceptuara ninguno. Ella tiene el poder de llegar, por caminos misteriosos, a todas las almas creadas. Dios -repito – te deja sólo aquellos que voluntariamente han escogido estar contigo. Es para tu mayor castigo. Porque su compañía no atenúa, sino que aumenta inmensamente el peso de tu condena. ¡Para toda la eternidad!".
Desde entonces mi interlocutor - durante bastante tiempo - no se hizo vivo.