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miércoles, 8 de junio de 2011

LOS SANTOS ÁNGELES: PARTE III

LOS SANTOS ÁNGELES:
Nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación.
Parte III
San Miguel Arcángel

Nuestra oración hace bajar a los ángeles custodios al Purgatorio.

También una persona sencilla puede hacer bajar al Ángel custodio o a los Santos ángeles al Purgatorio. Ellos pueden llevar consuelo a las pobres almas. Ellos no bajan sin embargo hasta a los más bajos. Allá tan solo pueden bajar por medio de la autorización del Altísimo, porque estas almas han pecado mucho, verdaderamente mucho.  En cambio ellos pueden bajar a los otros grados para llevar consuelo a las pobres almas.

La ayuda de la oración para las pobres almas será también de provecho para el que ha rezado.

Cuánto debemos esforzarnos para actuar de otra manera. Oh, vosotros hombres tenéis tanta oportunidad y hacéis tan poco, tan poco. Vosotros pasáis indiferentes y fríos cerca de las tumbas de aquellos que un tiempo estuvieron cerca de vosotros o tal vez han sido amigos y eran activos y fueron hábiles y tuvieron éxito en sus negocios, fueron sanos y fuertes como vosotros, tal vez por otras cosas no se los olvida, pero se olvida decir una oración por ellos.  Se deberían hacerlo ahora en este tiempo pero ya no quiero hablar más.

(1)  N.T.: En muchos países en la Fiesta de los Santos, de los difuntos, en Navidad y en Pascua se acostumbra encender velas o cirios benditos y colocar coronas sobre las tumbas y llevar agua bendita y echarla sobre las tumbas y hacer particulares oraciones.

E.-  En nombre de la Santísima Trinidad

D.-  En el mes de los difuntos y sobre todo el dos de noviembre por la noche se deberían dedicar un par de horas a la oración para las pobres almas si es posible y si la salud lo permite. Hay también unos libros como la “Filotea de los difuntos” y otros con muchas oraciones para las pobres almas y son oraciones con indulgencias, esto es oraciones que tienen unas indulgencias o reducción de la pena correspondiente a la indulgencia una vez concedida a quien hacía o a quien había hecho determinados días o meses o años de penitencia. Rezar estas cortas oraciones contenidas en este librito o manual de oraciones para los difuntos o Máximas eternas no sería un sacrificio ni una fatiga muy grande y las almas os quedarían agradecidas, rezando a su vez por vosotros, por vuestra perseverancia en el bien y en el buen camino y para que vosotros mismos no tengáis que quedaros tanto tiempo en el Purgatorio.  Y esto lo pueden hacer y no lo hacen.  Es un loco, un tonto, un irreflexivo, un perezoso, un negligente, aquel hombre que no ha hecho todo lo posible para aliviar a las pobres almas.

O R A C I O N E S

Fueron recomendadas por el Cielo las siguientes oraciones para alcanzar más gracias y más ayuda por las personas, la Iglesia y las pobres almas.

“Santo Ángel del día, tu nombre Dios lo sabe,
Santo del día y vosotros todos los Ángeles y
Santos de cada día y tú mi Ángel custodio haced
bajar sobre nosotros, todas las gracias que necesitamos,                 
para la Santa Iglesia y para todos los
Hombres.  Rezad también a todos los otros Santos ángeles y Santos para que en el día vuestro, Recen por nosotros”.                 

Después de la Santa Comunión:

“Oh Señor, yo te he podido recibir hoy día. 
Todo el Cielo ha bajado hasta mí.  Yo no soy digno.
Yo te ofrezco esta Santa Comunión por esta persona y por la Santa Iglesia. Acuérdate sin embargo también y en particular de las pobres almas y sobre todo por aquellas más abandonadas y por las cuales nadie reza”.  Amén.

El auxiliador más grande en los momentos de desconfianza y de desesperación en la tentación de suicidarse, en la pérdida de toda esperanza de un drogado o de un alcoholizado o de una persona que está por llegar a ser madre, es San Leutikyel, El Ángel del huerto de los Olivos…

“Oh San Leutikyel, poderoso Ángel del Monte de los Olivos que has consolado a Cristo en sus espantosos dolores y sufrimientos en el Huerto de los Olivos, ven a estar cerca de mí, dirígeme, ponme y consérvame de pie y ayúdame en esta grave y desesperada situación.  Aleja la tentación y el suicidio de tantos desesperados y libera a todas las víctimas de la droga para que, robustecidos  por tu ayuda, abracen con renovado valor la cruz que Dios les ha impuesto. Amén”.
LOS SIETE ARCÁNGELES:
MIGUEL, GABRIEL, RAFAEL, URIEL, JEHUDIEL, SEALTIEL, BARAQUIEL.

Encontramos dos lugares en la Sagrada Escritura que nos hablan de estos siete santos arcángeles:
1.-  En el Antiguo Testamento, en el Libro de Tobías (12-15): Yo soy Rafael, uno de los siete Santo Ángeles que están al servicio de Dios y tiene acceso ante el Señor de la Gloria.
2.-  En el Nuevo Testamento, San Juan en su Apocalipsis (1,4) dice: “Gloria, gracia y paz a vosotros de parte de Dios, que es, fue y será y, de los Siete Espíritus que están delante de su trono”.  Los siete Santos Ángeles fueron invocados ya en la Iglesia primitiva, especialmente a San Miguel, Gabriel y Rafael, y por eso son recordados y mencionados en la Sagrada Escritura.
A través de revelaciones fueron dados a conocer y se mencionaron también a los otros Santos Ángeles y fueron honrados en a Iglesia. Los siete Santos Ángeles tienen el extraordinario privilegio de estar delante del Trono de Dios. Por su profunda humildad y gran fidelidad en cumplir el Querer de Dios en la hora de la prueba, ellos han recibido y conseguido este privilegio.
Son y fueron aquellos que excitaron y guiaron a los ejércitos celestiales fieles al Querer de Dios y los guiaron hasta la última batalla.  San Miguel, el jefe, con Gabriel, Rafael, Uriel, Jehudiel, Sealtiel y Baraquiel guían la lucha con sus legiones para su Reina María en contra de los poderes infernales. Ellos luchan sobre todo en contra de los siete archidemonios, que desde el comienzo llevan a los hombres al delito, a los siete pecados capitales, a la soberbia, a la avaricia, a la envidia, a la gula, a la lujuria, a la pereza y a la ira. 
La invocación de los siete Santos Arcángeles y de sus legiones es de particular gran bendición y es necesario, sobre todo en nuestros tiempos actuales, en el tiempo final.

Siguen los siete Arcángeles.

San Miguel Arcángel: ¿“Quién es como Dios?”, este Arcángel combate el espíritu de soberbia y de ambición, El pecado original.  Con la humildad se vence la ambición y la soberbia. La humildad es un rebajarse voluntariamente a sí mismo, habiendo reconocido la propia debilidad (San Buenaventura). En medio a la indecisión de los ángeles en su prueba resonó el grito de San Miguel: “¿Quién es como Dios?” El se lanzó, con una fe firme en las palabras de Dios, en contra de Lucifer, hizo recapacitar a los ángeles que aun quedaban y creó la división: acá Dios, allá Lucifer. El se lanzó a la lucha no con sus fuerzas sino con la fuerza de Dios. 
El arrojó sobre Lucifer el Amor de Dios y su Divino poder y le transformó en serpiente, en espantoso dragón, con la fuerza del amor de Dios él precipitó al dragón, la antigua serpiente, en el abismo hasta el final de los tiempos, cuando él por orden de María, su Reina, lo arrojará en el punto más lejano de Dios.  
Desde el comienzo de la lucha en la Creación y hasta el final del combate él permanece en la Tierra. Por esto San Miguel es el Patrono de aquellos que luchan y de los moribundos.
Él acompaña a las almas en el juicio con una vestidura azul oscura y es el patrono del Sacramento del Santo Óleo. Con los que están por morir le invocamos a él y a todos sus ángeles. De Ángel custodio de Israel, San Miguel es ahora el Ángel custodio de la Santa Iglesia.
El Papa León XIII en una visión vio como enfurecía la acción del demonio en todas las regiones en contra de la Iglesia al final de los tiempos y luego San Miguel Arcángel, como venía a echar de nuevo al demonio con todos los ejércitos en el abismo infernal. Por esto el Papa mismo compuso una oración a San Miguel y ordenó que se rezara después de cada Santa Misa.
Por lo tantito es cierto y no aproximativo que la decadencia de la Iglesia y de la Santa Misa se debe a la supresión de esta plegaria y de la mención del Arcángel en el rezo del Confiteor. El lleva como su símbolo la balanza en la mano izquierda y la espada flameante en su derecha.
Su fiesta es el 29 de septiembre.

Oración a San Miguel Arcángel:

                                   “San Miguel Arcángel
                            ven en nuestra ayuda con tus ángeles
                            Enseñanzas a creer en medio de las tinieblas.
                            Enséñanos a luchar con tu humildad.
                            Enséñanos a vencer en silencio
                            Y en la obediencia a Dios.
                            Enséñanos a amar y ser fieles como María.
                            Amén”.


El Santo Arcángel Gabriel: “Poder de Dios”, combate la riqueza, el espíritu de codicia y el afán de ganar (Mateo 6, 19-34); (Lucas 19, 1-17).
Con la libre entrega por amor a Dios superamos este pecado. “Dios ama al que da con generosidad” (Proverbios 11, 24-22, 9-2da- Corintios 9, 6 y ss.). “Con la misma medida que ustedes midan, serán medidos” (Lucas 6, 38) “Hay más dicha en dar que en recibir” (de las palabras del Señor).
San Gabriel es el mensajero de Dios.  Dios le confió a él el mensaje de alegría más grande de la historia humana, el mensaje de la esperanza. En la plenitud de los tiempos, en el momento culminante de toda la creación él es el mensajero, al cual Dios confió el justo cumplimiento de su plan. A él Dios le dio la confianza de llevar a la tierra a María la purísima y más humilde sierva de toda la humanidad, el mensaje de la Encarnación de Dios, de su querido Hijo. El entró donde María y le dijo: “Haire Keharitomene – Ave oh bellísima, por la gracia que está en ti, el Señor es contigo”.  María se asustó frente a este saludo. San Gabriel adoró primero al Hijo de Dios hecho hombre en María y el mensajero de Dios cayó de rodillas. Zacarías en cambio tuvo que experimentar su rigor y su poder. Cuando él dudó de sus palabras en el anuncio de Juan, él lo encerró en el mutismo (Lucas 1, 18).
El es el fiel mensajero y ayudante de los Sacerdotes, de los Consagrados a Dios, de los Siervos y de las Siervas de Dios.
En su mano izquierda él tiene las rosas sin espinas, que le llevó a María y que volvió a florecer en María. 
Su fiesta se celebra el 24 de marzo.

Oración a San Gabriel Arcángel:

                               “Santo Arcángel Gabriel,
                                      ven con tus ejército.
                                      Ayúdanos a saber servir!
                                      Ayúdanos a estar puros y preparados.
                                      Ayúdanos a ser lugar de descanso
                                      Del Señor y de María.
                                      Amén”.

El Santo Arcángel Rafael: “Medicina de Dios, o Flecha de Amor de Dios, desata su lucha contra el espíritu de la impureza, de la inmoralidad y de la falta de pudor.
Ya en la Salette en 1846 la Virgen dijo “Muchísimos conventos ya no son casas de Dios, sino pastos para Asmodeo”. Con la mirada hacia la Inmaculada, bajo su protección y su ayuda nosotros llegaremos a ser puros en el Cuerpo y en el alma y venceremos el pecado de la lujuria.  San Rafael es el ángel del amor, del consuelo de la salud, de la elección. Semejante a su amor, nuestro corazón tiene que subir como una flecha al Corazón de Dios, esconderse dentro y permanecer en él anclado para siempre. San Rafael nos ayuda a distinguir el verdadero amor, del amor fugaz.  El verdadero amor cubre todo con la dulzura. “El amor todo lo cree, todo lo espera, todo lo excusa todo lo aguanta” (1  Corintios 13, 7). El se regocija siempre en el Señor.  El amor es el vínculo del Espíritu Santo que abraza al  Padre y al Hijo y es Persona.  El lleva la potencia del amor del cual todo se deriva.
A él y a sus ángeles es confiado el sacramento del Espíritu Santo, la Santa Confirmación.
Como custodio de la Santa Confirmación y siervo del Espíritu Santo, el viste una vestidura de fuego flameante de amor.
El Arcángel Rafael acompañó al joven Tobías en su viaje.  El es el patrono de los viajeros, de los caminantes, y prófugos, de los médicos, de la juventud, de los esposos y de los sacerdotes. El implora la gracia de la sabiduría, del intelecto, de la ciencia, del consejo, de la fortaleza, de la piedad, y del santo temor de Dios. Hay que invocarle en las decisiones importantes, en los viajes, en las operaciones, contra elecciones equivocadas, contra alimentos y medicinas envenenadas, contra toda falta de amor.
En su mano derecha lleva el bastón de peregrino y en la izquierda el vaso del ungüento. 
Su Fiesta se celebra el 24 de octubre.

Oración a San Rafael Arcángel:

                            “Santo Arcángel Rafael,
                            ven con tus compañeros en nuestra ayuda.
                            Aumenta en nosotros tu fuerza y tu amor.
                            Haz que el amor de Dios y de la Inmaculada
                            lleguen a ser en nosotros los vencedores del
                            odio y de la impureza del Mundo”.  Amén.

El Santo Arcángel Uriel: “Fuego de Dios”: combate el espíritu de la ira, del odio y de la impaciencia, con la dulzura y la paciencia nosotros vencemos y atamos a este espíritu malvado. Es manso y paciente. “Aprended de Mí que soy mando y humilde de corazón”; y hallaréis descanso a vuestras almas (Mateo 11, 29).
San Uriel nos rodea con su corona ardiente de amor, de paciencia y de bondad.
El cuida todos los Lugares de las Apariciones enriqueciéndolos de gracias. Jesús afirmó en una de sus revelaciones: “Cuando los ejércitos rojos avancen, ellos atravesarán tan solo al precio de la muerte y con la pérdida de sus vidas el cinturón de fuego colocado delante de los lugares de las Apariciones de Mi –Madre”. Ya en el cuarto siglo San Uriel es recordado en el martirologio.
El tiene en su mano izquierda la antorcha ardiente, la llama ardiente del amor de Dios. El Señor, en efecto ha dicho: “¿Yo he venido a aprender fuego a la tierra; y cómo desearía que ya estuviese ardiendo” (Lucas 12, 49). Que ello arda en vuestros corazones, el fuego de la gracia y del Amor de Dios. Cuan grande sea su deseo de esto, lo vemos en su Sacramento de la Eucaristía.
Allá está su Amor que vence toda cosa viviente, escondido en su carne y en su sangre, para estar siempre con nosotros. Sobre el altar y en el tabernáculo está la fuente de Amor, allá está la Omnipotencia por excelencia. Allá nosotros deberíamos encontrar la gracia, para que el fuego del Amor se haga en nosotros luz viva y resplandezca en las tinieblas. Si nosotros nos postramos humildemente adorando con gratitud y respeto a Dios en este Santo Sacramento, entonces también en nosotros arderá el fuego del Amor de Dios y llegará a ser luz.

Oración a San Uriel Arcángel:
“San Uriel rodéanos  con el cinturón de fuego, ven en nuestra ayuda con tu ejército celestial, y enséñanos a hacer como ha hecho Jesús, aquí en la tierra.” Amén.

El Santo Arcángel Jehudiel: “Alabanza de Dios”: Combate el espíritu de la envidia y del celo. El espíritu de la envidia se dirigió contra María, porque de Ella debía salir la Encarnación de la Divina Persona.  Su envidia lo empujó en contra del Decreto de Dios. Con varios exorcismos, el segundo demonio de Jehudiel. El pecado de envidia es celoso del bien del prójimo. Una vez en el Antiguo Testamento, sus hermanos querían quitar de en medio a José por envidia,, porque era el hijo predilecto de Jacob. La envidia cegó a los fariseos frente a la Santidad y al poder milagroso de Dios. Su envidia se transformó en odio en contra del Señor y lo condenó a muerte.  Nosotros logramos vencer la envidia con el amor de Dios, a sus Mandamientos y al prójimo, con la benevolencia, aceptando y reconociendo al prójimo.
También el odio y el fanatismo se vence con el amor a Dios. El Santo Arcángel Jehudiel es nuestro guía y nuestra ayuda. Su aceptación incondicional del Decreto Divino y su celo en la ejecución de sus mandatos selló su eterna alianza con Dios.
Por lo tanto él glorifica y exalta por toda la eternidad a Dios e incorpora en el amor la viva alabanza a Dios. El pueblo escogido del Antiguo Testamento ha roto la antigua alianza y la ha rechazado. En el Nuevo Testamento estamos todos nosotros llamados a recibir la corona, que Jehudiel tiene en su mano derecha, la señal de la recompensa divina para aquellos que son fieles a Dios y lo alaban,  como escribe San Pablo a Timoteo: “ahora me corresponde la corona de justicia, que el Señor, justo juez, me dará en ese día. Pero no solamente a mí, sino a todos aquellos que han esperado con amor su venida (2 Timoteo 4, 8).

Oración al Arcángel Jehudiel:

                        “Santo Arcángel Jehudiel,
                            fuerte ángel y gran opositor de losa espíritus
                            malignos, ven en nuestra ayuda con todo
                            tu ejército angelical.
                            Asístenos en la lucha contra los tremendos
                            Ataques del Infierno,
                            que amenazan destruir a la Iglesia.
                            Quita de nuestros corazones toda envidia
                            Y haz que el Decreto Divino
                            Llegue a ser para nosotros
                            Alabanza eterna y viviente en Dios.”
                            Amén.  

El Santo Arcángel Sealtiel: “Plegaria a Dios: Combate el espíritu de intemperancia y del exceso en la bebida.
La intemperancia lleva a toda clase de pecados y de delitos.  El Salvador nos advierte: “Estén alerta, no sea que se endurezcan sus corazones por los vicios, borracheras y preocupaciones de la vida. No sea que ese día caiga de repente sobre ustedes” (Lucas 21, 334).
Nosotros tenemos que contraponer a este vicio la virtud de la templanza y de la renuncia.  Ellas llevan a una inteligencia más clara, a una voluntad fuerte, a nuevas virtudes, al perdón de los pecados, a la escucha de las oraciones, a gracias extraordinarias y a la vida eterna.
Por su intercesión pueblos enteros, en ambiente de misión, fueron liberados del pecado de la intemperancia en la bebida. Esto lo ha conseguido un sacerdote en las misiones, donde él había dado a conocer a este Arcángel y había invocado su ayuda. Sealtiel como distribuidor de gracias lleva en sus manos una cesta de flores, señal de la gloria, de la vida con Dios. A Sor Josefa Menéndez, Jesús dijo: “La alegría de la vida en la vida de los niños de Dios se refleja en Sealtiel.  El saberse escondidos completamente en la bondad paternal de Dios, en el ardiente amor de María y el valor de luchar por Dios y por María. El amor de entrega a Dios también se refleja en Sealtiel y nosotros tenemos que invocar al Arcángel y a sus ángeles para los esposos, para que ellos puedan siempre decir sí a toda nueva vida, confiada por Dios y por El obsequiada.

Oración al Arcángel Sealtiel:

                               “Santo Arcángel Sealtiel,
                                      ayúdanos con tus ángeles,
                                      enséñanos a rezas,
                                      como el Señor ha rezado
                                      y nos ha enseñado a rezar”.
                                      Amén.

El Santo Arcángel Baraquiel: “Bendición de Dios: Combate el espíritu de la pereza y de la superficialidad religiosa y la tibieza. Con el celo por el bien y con toda la seriedad en el compromiso por la propia santificación nosotros podemos hacer frente a este vicio.
El celo es el bien necesario a la santidad, a la dicha, porque “El Reino de los Cielos sufre violencia y tan solo los violentos lo pueden arrebatar” (Mateo 11, 12). Y en otro lugar Jesús dice: “No los que dicen Señor, Señor entrarán en el Reino de los Cielos, sino aquellos que hacen la Voluntad de mi Padre que está en los Cielos (Mateo 7, 21).
Los tibios son a los ojos de Dios también peores que las almas frías. El Señor dice: “Puesto que no eres ni caliente ni frío, sino tibio, yo comienzo a vomitarte de mi boca” (Apocalipsis 3, 16).
El Santo Arcángel Baraquiel es invocado para la Bendición Sacerdotal, esto es para tener sacerdotes, “para que hayan muchos sacerdotes que bendigan, porque todo está puesto en la Bendición de Dios”, dice el Salmo! (Sal. 3, 8). El ritual de las bendiciones, (el libro de las bendiciones), Baraquiel lo tiene en su mano derecha como señal de la Bendición del Señor, de los Santos Sacramentos y la Administración del preciosísimo tesoro confiado a los sacerdotes, de Sí mismo: La Eucaristía, es vuestra gran tarea y debe ser toda vuestra entrega. 
Tiene que ser nuestra primera preocupación en la oración y para esto nos viene en ayuda el Santo Arcángel Baraquiel con sus santos ángeles, para que la llamada amorosa del Señor a las vocaciones, que os han sido concedidas, lleguen a ser una correspondencia, porque vocación es también una correspondencia, como ya decía San Pablo: “Yo os exhorto a caminar de una manera digna de vuestra vocación, que os ha sido concedida, con toda humildad, dulzura y paciencia. Soportaos mutuamente en la caridad. Sed generosamente comprometidos para conservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4, 1 y ss.).

Oración al Arcángel Baraquiel

                               “Santo Arcángel Baraquiel,
                                     convéncenos con tus ángeles.
                                      Ayúdanos a crecer en las buenas obras
                                      Y en el amor a Dios y a María”.
                                       Amén. 

En la grandeza de las tareas a ellos confiadas nosotros podemos reconocer el poder de los siete Arcángeles y podemos reconocer que nunca son invocados suficientemente. Aquel que los honra, honra también a su Reina, a María, y obtienen una eficaz ayuda en la lucha contra los siete pecados capitales. Recemos a menudo siete Pater y Ave y Gloria en honor de los Santos Arcángeles, con la invocación:  

                   “Vosotros santos ángeles, venid con vuestros
                   ejércitos, mostrad a nosotros y a todos los hom-
                   bres vuestra ayuda y vuestra fuerza, para que
                   nuestro corazón se encienda en el Amor de Dios
                   y de María, vuestra Reina.” Amén.  

(Continúa en la Parte IV: UN COMPENDIO DE LA DEMONOLOGIA)

1 comentario:

  1. Pronto el mundo aprenderá que existe ahora otro mundo del mal, no visto, que ahora os acecha, porque satanás sabe que su tiempo se acorta. Como os dije en el pasado, hija Mía e hijos Míos, el pecado es locura, y ahora es tan sólo es el comienzo. A menos que recéis y hagáis expiación al Padre Eterno, veréis abominaciones y la profanación de las iglesias, y los asesinatos abundarán hasta que aquellos quienes quedan sobre la tierra envidien a los muertos." - Nuestra Señora, 6 de Octubre, 1980

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