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miércoles, 8 de junio de 2011

LOS SANTOS ÁNGELES. Parte I

LOS SANTOS ÁNGELES:
Nuestros Poderosos Defensores y su tarea sublime al servicio de la Creación.
Parte I (de Cuatro Partes)

INTRODUCCIÓN:
        El 21 de septiembre y el 1º de noviembre de 1982 un ángel demonio tuvo que hacer unas revelaciones nunca imaginadas y decir cosas acerca de la gran ayuda que prestan los ángeles, San José y los Santos en nuestros tiempos. El tuvo que manifestar también el insulto y la ofensa lanzados contra la Inmaculada, sobre todo en Lourdes, y la negligencia merecedora de castigo hacia las pobres almas.

Criterios de examen y de juicio.
Según las palabras y el ejemplo de San Pablo: “Examinadlo todo, aprobad lo que es justo”. Tan solo este puede ser el criterio para decidir y reconocer si el contenido es bueno o malo. Nadie negará que es útil a la eterna salvación y fuente de gracia, porque Dios se sirve de los demonios, que por naturaleza son sus adversarios, pero que están sometidos a su Poder y le tienen que obedecer. Leemos en la Sagrada Escritura, que un espíritu perverso tuvo que testimoniar a favor de Jesús y Jesús admite este testimonio llegando a demostrar, sin embargo, su gran poder sobre los espíritus malignos (Mc. 1,23 y ss.)

El desprecio de los Mensajes del Cielo tiene consecuencias que no se pueden describir.
Por cierto, hay circunstancias en las que se dicen cosas y se dan llamadas del Cielo que son extraordinarias. También para nuestros tiempos es algo extraordinario y para uno que ha perdido la fe y vive en el pecado, sin guía, más bien siguiendo una humanidad falsamente guiada, hay necesidad de señales extraordinarias. Por mucho tiempo han sido descuidadas las advertencias, las oraciones del Cielo por parte de pequeñas y humildes almas, y a veces adrede retenidas, como la del conocido Publicista Claus Peter Clause, como las apariciones en Heede y otras apariciones de la S. Virgen sofocadas por la Iglesia, y que, en base a éstas, aun la misma Segunda Guerra Mundial hubiera podido ser evitada. Después de la Segunda Guerra Mundial, en Alemania, el gran mensaje de la Inmaculada en Marienfried, Heroldsbach, etc., a pesar de intervenciones y pruebas, testimonios teológicos, aprobaciones científicas y actos  muy notorios, todo fue sofocado y rechazado por la Iglesia (30 años de lucha para el reconocimiento de las apariciones y de los mensajes de Marifried – Pfaffenhofenbel Neu-Ulm). Por esto es equivocado y más aun merecedor de culpa rechazar el positivo contenido en los mensajes por motivo de la procedencia, según el mismo ejemplo de los Judíos, que rechazaron a Jesús por causa de su humilde origen (el hijo del carpintero no podía ser el Mesías).

Distintas expresiones de diversos videntes no significan contradicciones.
Ya en el Antiguo Testamento nosotros leemos acerca de la ayuda y veneración de los Santos Ángeles. En las revelaciones a menudo están contenidos distintos nombres y descripciones al respecto. Además hay que recordar que a menudo un ángel cumple varias tareas y muchos ángeles juntos pueden tener una tarea en común.
Como se sabe acerca de todo conocimiento, el hombre primero tiene que tomar familiaridad con las cosas pequeñas y sencillas. Las personas favorecidas con gracias especiales o carismas tuvieron primeramente la revelación de aquellos ángeles que están más cercanos a los hombres, los santos ángeles custodios. Más tarde ellas fueron introducidas en la grandiosa visión de los Coros angelicales más altos.
Desde más de doscientos cincuenta años los siete arcángeles son venerados con su nombre.
En la Iglesia parroquial de Mettenheim cerca de Mϋndorf en la Diócesis de Munich – Frisinga, los siete santos arcángeles son llamados por su nombre y venerados, probablemente desde que fue consagrada la Iglesia el 18 de Octubre de 1720 por parte de S. E. Francisco Antonio Adolfo Conde de Wasenberg, Obispo de Chiemese y Obispo coadjutor de Salisburgo. Los siete grandes arcángeles, comandantes de los coros angelicales en la lucha en contra de los espíritus infernales que han sido precipitados, son representados en estatua de tamaño humano con los nombres de: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Jehudiel, Sealtiel, y Baraquiel.

Los Ángeles son los Poderosos Protectores en este tiempo.
Aunque en el transcurso de la historia muchos santos hayan tenido grandes visiones de los Santos Ángeles y hayan tenido experiencias y ayuda de ellos, sin embargo su veneración no avanza. Antes bien, en nuestro tiempo, es ni más ni menos negada la existencia de los Santos Ángeles por parte de ciertos teólogos. Ha sido quitado de una Iglesia por parte de un sacerdote una hermosísima estatua de San Miguel y la quería vender a un anticuario, pero la recogió una señora y se la guardó en su casa y, la honraba de la mejor manera que podía. Con todo, después que el infierno con sus oscuras maquinaciones ha destruido casi todo, el Cielo nos recuerda de nuevo esta gran verdad. En su amor el Señor nos muestra por medio de personas favorecidas con especiales dones, el poder y la ayuda de los santos ángeles y pide sobre todo en nuestro tiempo que anunciemos esta ayuda a los hombres para la salvación de sus almas.

La Inmaculada, una piedra fundamental de la fe católica, es hoy ofendida…
En Lourdes, donde la Madre de Dios en el año de 1858 personalmente confirmó el dogma de la Inmaculada Concepción definido por el Papa Pío IX, le fue quitada de la cabeza la corona con este título de honor. De esta falta de respeto y de esta ofensa hacia la Madre de Dios sobre todo en Lourdes, los demonios en 1982 tuvieron que hablar de ello por orden del Cielo. El 1º de Noviembre de 1972 oímos de nuevo hablar de este triste hecho y también de las consecuencias que se derivaron para la juventud. La triste situación de los jóvenes lanzados por el camino equivocado por parte de la misma Iglesia, es muy grande por doquier, hasta en los lugares más pequeños y en cada familia. En Fátima la Madre de Dios dijo en 1917, que por causa de los pecados de impureza, muchas almas se condenan.  Y hoy ¿cómo van las cosas? Después que el Cielo ha deplorado con las personas favorecidas este ultraje y ofensa de Lourdes, un grupo de peregrinos de Suiza hizo fabricar una corona con las palabras de honorífico título de la Inmaculada que ellos mismos luego llevaron a Lourdes. Y sin embargo, el obispo actual no aceptó colocar de nuevo en la cabeza de la estatua esta inscripción de la Inmaculada Concepción.
Ahora bien, todos nosotros nos preguntamos, qué podemos hacer, para cambiar estos actos de hecho y modificar las cosas por medio de reparaciones, sacrificios, oraciones y tal vez con nuestro valiente comportamiento. Quizás nosotros personalmente o juntos podemos dirigirnos a los obispos, y recordarles su grave responsabilidad, para que el actual obispo, permita que su título santo de la Inmaculada Concepción resplandezca desde la estatua, como señal y símbolo sobre todo para la juventud de Lourdes y para todos los demás lugares. Esta ofensa hecha a la Inmaculada es una ofensa dirigida a todo el Cielo y especialmente a su castísimo esposo, San José, que es, después de Ella, el Santo más grande del Cielo. La vida y las virtudes de San José deberían servirnos como ejemplo sobre todo para reconocer la voluntad de Dios, del Padre del Cielo. San José sufrió mucho de que su Inmaculada esposa María hubiera concebido de una forma imprevista, y pasó días y noches en oración para decidir, puesto que él no quería difamar a María. En su infinito sufrimiento se le apareció inesperadamente un Ángel del Cielo y le manifestó el misterio de la Encarnación de Jesucristo (Mateo 1,18 ss) (1). Siguiendo su ejemplo e invocando su ayuda, orando examinemos las revelaciones, para que Dios quiera brindarnos también a nosotros el conocimiento de la verdad.

El grave sufrimiento y el abandono de las pobres almas en nuestros días.
En las puertas de un cementerio están escritas estas palabras: “No pases sin levantar una plegaria, puesto que muy pronto tú serás el que la pedirás”. Ojalá nos vuelvan a menudo a la mente estas palabras al pasar delante de un cementerio. El conocido escritor, sacerdote, el español padre Rodríguez, habla acerca de un padre franciscano, al cual se manifestó un hermano suyo desde el Purgatorio. Al pedido de una señal, se le indicó que extendiera la mano.
He aquí que la aparición dejó caer una gota de sudor en su mano. La gota traspasó no solo su mano, sino también el piso que era de piedra. Por dos años el pobre padre sufrió día y noche los tormentos más indecibles.

La propia santificación es el primer deber
En el exorcismo, el Cielo nos recuerda, nuestro primer deber: la propia santificación. La Iglesia siempre ha anunciado que éste es nuestro primer deber, la salvación de nuestra alma.
El Santo Padre Papa Pablo VI, el 10 de octubre de 1972 en la audiencia general, nos ha dado claras advertencias con sus inolvidables palabras: “Vosotros debéis vivir vuestra fe y practicar vuestra religión, como os ha sido enseñado y de la manera  en la que habéis sido educados. No sigáis los errores y las aberraciones!”.

(1) Cfr: Libro de María Cecilia Baij: “La Vida de S. José”. Libro de próxima aparición en Librería Espiritual. Quito,  Ecuador.

Fieles a estas palabras y apoyados en la Santa Iglesia Católica nosotros oremos también para el Santo Padre actual: “Para que tú, oh Señor, lo fortifiques, lo consueles, lo guíes hacia la salvación de la Iglesia y las almas.  Amén”. Para obtener las gracias, la humildad es la primera condición decisiva como nos lo enseña la Iglesia y el ejemplo de los mismos santos. En muchos exorcismos los demonios tuvieron que recomendar particulares oraciones para obtener la humildad que nosotros hemos recogido en el librito: “Santa Brígida de Suecia”. Ojalá cada lector pueda encontrar la gran ayuda que el Cielo da con sus revelaciones, su responsabilidad en realizar el Divino Querer y conocerlo antes, según las propias posibilidades.

PLEGARIA DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL EN FÁTIMA
                   “Dios mío, yo creo, espero,
                        Os adoro, Os amo
                Os pido perdón por todos los que no creen, no esperan,                    
                no Os adoran, y No Os aman.
                Santísima Trinidad, Padre, Hijo,
                Espíritu Santo,
                yo Os adoro con profundo respeto
                y Os ofrezco el precioso Cuerpo y Sangre,
                el alma y la divinidad
                de Nuestro Señor Jesucristo,
                que está presente en todos los tabernáculos
                de la tierra,
                en reparación de las ofensas, sacrilegios,
                indiferencias con los cuales El es ofendido.    

                Por los méritos infinitos
                De su Sagrado Corazón y del
                Inmaculado Corazón de María
                Yo Te suplico por la conversión
                De los pobres pecadores.
                Amén.

Exorcismo del 21 de septiembre de 1982

E= Exorcista – D =Demonio


E.- Di solamente la verdad, lo que el Cielo te ordena que digas, en nombre del Santísimo Sacramento! Di la verdad y tan solo la verdad en honor de Dios y en provecho de las almas: No digas nada con respecto a todo lo demás!  En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén.

El Arcángel San Miguel e innumerables ejércitos de  ángeles alaban a Dios y sirven a los hombres…
D.-  Nosotros sabemos que más arriba de nosotros y del Infierno está ahora el Arcángel San Miguel! A su derecha nosotros podemos ver al Arcángel Jehudiel, a su izquierda San Baraquiel, más allá a los siete arcángeles que se turnan ahora a su derecha ahora a su izquierda. Detrás de él, en semicírculo, vemos a infinitos ejércitos de Ángeles, Arcángeles, Ángeles custodios, Tronos, Principados, y otras legiones de ángeles que no vemos, tenemos que verlos, estamos obligados a verlos. También estamos obligados a decir que los vemos porque así debe ser, porque así Dios lo quiere y la Santísima Trinidad.  Ellos son infinitos ejércitos, que alaban al Altísimo y lo exaltan por toda la Eternidad, desde que ellos fueron creados.  Y de estos ejércitos, hay muchos ejércitos, que son los Ángeles custodios confiados a los hombres.  Ellos pueden ayudar mucho a los hombres si es que los interesados invocan a sus Ángeles custodios, o si ellos invocan a todos los coros de los  ángeles, igualmente, y en primer lugar a los siete arcángeles y a todos los santos coros angelicales. Entonces todos están listos por así decir y por las oraciones de los hombres, los ángeles vienen, como si Dios les ordenara, para escuchar este deseo y dar esta gloria al Altísimo, y precisamente por las buenas oraciones y súplicas de esta persona.  Sin embargo algunos hombres, más bien millones de hombres olvidan sobre todo que tienen un ángel custodio, que tantos ángeles impiden calamidades y que tienen que asistir a los hombres.  Los ángeles llevan y guían a todo el Universo según el QUERER DE DIOS.

Por orden de Dios, los ángeles tienen también que colaborar para el desarrollo y crecimiento de la naturaleza: guiar hacia el bien a la criatura, guiar a los animales, como también a las piedras, a las montañas, al sol y todo en general.  Para todo esto, el Altísimo tiene un ángel, que lo sirve. Naturalmente, Él es quien conduce al Universo. Para su mayor gloria Él ha creado a los Ángeles y ahora sirven y llevan al Universo, lo guían y lo sostienen.

Sirven para su mayor gloria. Por ejemplo, la misión del Ángel custodio es proteger al hombre. Más aun, los ángeles tienen que proteger también al mundo animal para que no corra peligros. Se podría decir, yo mismo Belcebú tengo que decir, que los hombres podrían orar a los ángeles para que guíen a los animales, protejan los valles, los montes, etc. Les corresponde a los hombres orar para que todo el universo sea guiado. Y os digo que ellos lo guían según el QUERER DE DIOS, que sin embargo ellos podían hacer algo más y habría también otros muchos ángeles que serían enviados en ayuda para que todo se realice según el QUERER DE DIOS y los planes del Altísimo, si es que los hombres oraran.

Por ejemplo, con respecto al mundo actual, no habría una gran mortandad de peces, una gran destrucción de pájaros! Habría todavía tantos pájaros cuantos sean necesarios para el equilibrio como era antes, si es que los hombres invocaran a los ángeles, a los ángeles custodios, a los ángeles del universo y a los ángeles colaboradores y servidores, para que ellos provean en la defensa del Universo y éste permanecería en su hermosura para vosotros, como el Creador lo ha hecho.  Pero esto falta a la humanidad y lo tengo que decir por orden del Cielo.

Millones de Ángeles esperan inútilmente la invocación del hombre.  
D.- Tan solo unos pocos oran a su ángel custodio, menos aún al ángel del día, porque ellos no lo conocen, y muy pocos oran a los ángeles, a los Coros Celestiales y al ángel del Universo, como yo he tenido que decir ahora. Por lo tanto, no debe sorprenderos, de que caigan sobre los hombres tantas desventuras, tantos accidentes en los trenes, terremotos, muertes de animales, accidentes debido a los animales, etc., inundaciones, calamidades por incendios y otros. 
Los ángeles tienen el poder sobre todo esto, por tener la asistencia Divina ellos pueden ayudar al Universo. Pero si ellos no so absolutamente invocaos, ellos pueden ayudar de una forma muy reducida. Lo que desde siempre ellos han hecho y siguen haciendo por el servicio del Universo, ellos lo hacen por cierto. Pero está también en la vida y en la religiosidad de cada persona, invocar a los ángeles, para colaborar, para que sucedan menos desgracias y el Universo permanezca firme. Sin embargo la Iglesia y la humanidad están tan avanzados en el camino del error, que todo lo arrastra consigo, de modo que también el Universo sufre las consecuencias.
No quiero hablar más!

E.-  En nombre de Jesús…!

D.- Yo estoy obligado a decir, aunque no lo quiera, que habría miles y miles de millones de espíritus serviciales y vendrían para servir al Universo, si es que fueran invocados por los hombres. Ellos alaban además al Señor en este tiempo. Ellos mientras tanto esperan conseguir la orden del Altísimo. Y el mismo Altísimo espera y desea que se invoquen a los espíritus que ha creado para que ellos puedan servir. Pero ellos no lo hacen, porque no son llamados, porque no son invocados, antes bien, son olvidados (lo dice con voz fuerte) porque sobre todo casi nadie piensa en los ángeles: eso lo tengo que decir.
Ya no quiero hablar más!

E.- En nombre e Jesús…!

El ‘Ángel del Día’ tiene un gran poder de intercesión.
D.- Yo he tenido que decir todo esto brevemente! Habría mucho más que  manifestar, revelar, sacudir. Sin embargo tengo que añadir –como nosotros hemos tenido que decir ya una vez- en el día en el cual el ángel del día tiene su gran día, entonces se puede conseguir de él gracias particulares para sí. Para la humanidad y para la Iglesia.
Pero yo no quiero hablar…

E.- En nombre de Jesús…!

D.- Hasta se puede gritar al ángel del día: “Haz bajar sobre nosotros todas las gracias que podemos pedir sobre todo para nosotros, para los hombres y para la Iglesia. Ora sin embargo también a los otros ángeles, para que ellos en este día nos alcancen gracias especiales”  Y ellos lo harán, lo harán, lo tienen que hacer. Ellos están al servicio del Altísimo. Por lo tanto tengo que decir una vez más: Invocad también al Ángel del día, que en este día tiene un poder especial sobre el corazón del Altísimo. Los santos y el Ángel del día. Al igual que la Reina del Cielo, en sus fiestas, tienen unos poderes muy especiales, privilegios y consiguen las gracias del corazón del Altísimo.  Es un necio el que no implora estas gracias. Tonto, necio el que no hace todo lo posible para la Iglesia y para sí mismo... Tengo que decir algo más pero ya no quiero hablar.

E.- Di la verdad y tan solo la verdad en nombre…

Los santos y el Ángel del Día deberían ser siempre proclamados  antes de la celebración de la Santa Misa e invocados…
D.- Yo tengo que decir… Yo, el segundo demonio en poder, qué inmensa humillación es para mí esto, para mí el segundo en el poder! Yo tengo que decir, porque yo soy un ángel demonio, tan importante que se destruyen innumerables gracias, al no invocar a los ángeles, al ángel del día. Cada sacerdote antes de la Misa debería proclamar el ángel y los santos del día anunciándoles al pueblo!  Hoy celebramos, la fiesta del Santo Ángel del Día…y de los Santos… testimonios de la fe… Invocad también durante la Misa sobre todo a éstos y pedid las gracias por medio de ellos y las obtendréis.  Llevad y ofreced con vosotros en la Santa Misa a los Santos y al Ángel de día, aunque estén presentes siempre todos los coros de los ángeles, pero el Santo Ángel de ese día tiene que ser invocado de una manera especial. Antes de comenzar la misa invocad también al ángel que preside o protege aquella determinada iglesia o lugar sagrado y al ángel de la Diócesis! Cada iglesia, cada parroquia, cada Diócesis tiene ese ángel tutor que está por encima de cada párroco, de cada comunidad y de cada cristiano y obtendréis gracias especiales para la parroquia y para las necesidades particulares de cada uno. (2) ¿No queréis hacer esto?: sin embargo él, el santo  y el ángel están allí…yo no quiero hablar más…

E.- Habla en nombre de…

D.- “Oh Altísimo, tu majestad, cuya grandeza y dignidad nosotros todos reconocemos y a la cual nos sometemos, nos encomendamos a Ti. Encomendamos a toda la parroquia para una particular protección.  He aquí, que este párroco se ha olvidado de invocarme a mí y a todos los ángeles, y los fieles han olvidado llamarme en su ayuda, pobre ángel de la parroquia…de la Diócesis… de esta iglesia. Pero Tú oh, Señor sabes que el hombre es débil. Yo quisiera proveerle todo lo que le falta. No lo achaques a ellos el pecado y tan grave culpa. No permitas que caminen perdidos…” así tiene que orar al ángel custodio de la parroquia. Yo he tenido que decirlo! Pero ya no quiero decir nada más.

E.- En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…


(2)       Ángeles de la Diócesis, Iglesias, Parroquias, comunidad y de cada cristiano.

Sin la oración por parte del hombre las manos de los ángeles están atadas.
D.-  Lastimosamente, yo, Belcebú, tengo que decir que estos santos ángeles están obligados a rezar cuando es celebrada la Misa en una capilla, puesto que los fieles invocan a este ángel y al Altísimo. El ángel imploraría  para ellos gracias mucho más grandes y lo quisiera y lo podría hacer, porque él tiene un gran poder sobre el corazón del altísimo. Como ya dijimos con respecto al ángel de cada día, esto vale también para el ángel de la parroquia o las Diócesis, etc., sin embargo este ángel tiene que ser invocado y sobre todo en la celebración de la Santa Misa. El hombre será escuchado en sus oraciones tanto más pronto, si lo pedido está en el Querer de Dios, si ora así, ya no es una oración de él solo, porque los ángeles son siempre espíritus purísimos y servidores del Altísimo a quien ellos aman con amor muy ardiente. Generalmente son los Principados, los ángeles tutores de las parroquias y de las Diócesis. Puesto que los ángeles vigilan con cuidado, con gran sentimiento y amor sobre estas parroquias, guardan a cada uno en su corazón angelical, si así se puede decir, donde los tienen encerrados y por lo tanto los podrían ayudar aun más. A menudo, sin embargo, ellos tienen las manos atadas, puesto que no se invocan y no se ora nunca o casi nunca a los santos ángeles y sobre todo en las parroquias y en las Diócesis. Es una cosa muy singular en el mundo angelical. No nos detendremos nunca en decir que esto tiene que ser dado a conocer. Es algo necio y perjudicial al hombre no querer reconocer y admitir esto. El Altísimo ha hecho siempre estas revelaciones en todo tiempo y estas revelaciones pueden ser leídas. Por lo demás es una revelación hecha verdaderamente de lo alto y del Cielo mismo con respecto al ángel de las parroquias que será recordado al final.
No quiero ya decir nada más…

E.- En el nombre del Padre


D.- Esta revelación la tuvo una cierta Ancilla (Matilde Talhammer) de Munich. Hay otras ancillas que tuvieron revelaciones.

El Gran Poder de los Ángeles tiene que ser dado a conocer.

D.- Puesto que estas revelaciones son tan olvidadas, yo, el demonio las tengo que repetir!  Díselo a los sacerdotes que estén dispuestos a darlo a conocer. Esto debería ser anunciado desde los tejados! Yo tengo que repetir así como fue revelado a la Ancilla. Si conociérais el poder de este gran ángel, la sublime Majestad de Arriba que domina en esa Iglesia, donde el ángel lo tiene que servir, yo casi diría, como ángel condenado, que ese ángel tiene un poder tremendo sobre el corazón del Altísimo. Puesto que ellos no fallan un solo momento, en ningún instante dejan de servir al Altísimo y por lo tanto son muy poderosos, sobre todo los Arcángeles, los ángeles de las diócesis y los ángeles de cada día y naturalmente también los ángeles custodios. Esto es también algo extraordinario! Pero ya no quiero hablar más.

E.-  En el nombre del Padre…

D.-  Ahora sin embargo se habla muy poco. En vuestra Iglesia de hoy, ya no se habla por nada de los ángeles. Estas revelaciones a Ancilla y también a esa alma escogida, que tuvo que dar a conocer a los ángeles del día, han sido sepultadas en el hielo. Ya no se habla más a excepción que en la Obra angelical de la cual yo tengo que hablar. Pero ya no quiero decir nada más!

E.-  En pocos casos se habla por parte de algunas personas que conocen mejor a los ángeles y creen en sus ángeles custodios, pero es injusto colocar la lámpara debajo de la mesa o peor hacerla quemar por el calor, en lugar de hacer que su luz resplandezca sobre todos en todas las Iglesias y en todo el mundo. Tengo que decir que es una equivocación no difundir por doquier esta doctrina y estas revelaciones. La virgen y la Santísima  Trinidad me obligan a hablar, aunque esta mujer privilegiada (1) haya recibido las revelaciones de la Obra angelical, donde se dicen cosas grandes y sublimes; sin embargo, no es obvio ni justo que no sean anunciadas a todo el mundo. Se hace demasiado poco en este sentido!  Yo tengo que hablar en nombre de la Santísima Trinidad y de la Reina de los ángeles, como su alta y excelsa Reina. ¡Cómo vigila con Majestad por encima de los ángeles, como su madre! ¡Hay que honrarla porque Ella posee todas las virtudes! Es una gran equivocación en este tiempo de gran aberración de la Iglesia dar este libro y los nombres de los ángeles del día tan solo a aquellos que están en la Obra angelical.  Es una equivocación que tan solo estas personas puedan invocar a estos poderosos ángeles y tan solo ellas puedan conocer su nombre. ¿Acaso que el Altísimo no está presente en toda la humanidad? ¿Acaso no ha creado los ángeles para todo el universo y no solamente para aquellos que forman parte de la Obra angelical? Es una responsabilidad muy grave! Hace falta poner en guardia a los Obispos y a los sacerdotes acerca de la gran responsabilidad!  El infierno de donde no se puede regresar; el purgatorio, que puede ser en sus grados más profundos tan tremendo como el infierno, porque nosotros, demonios, no tenemos ya ningún derecho sobre estas almas! Porque nos han sido arrebatadas en el último momento, podemos hostigarlas o dejarlas que no aquellas que están eternamente con nosotros en el infierno, como tuvimos ya que afirmar una vez! Comunicad esto a los obispos. No es algo indiferente el que no se salve o no!  Sin embargo, es muy trágico quemar por siglos en el purgatorio, sufrir, tender hacia lo alto, suspirar hacia los ángeles que no se han dado a conocer al mundo. Pedir su ayuda que no llega nunca! No soy yo, Belcebú, que he querido decir estas cosas, sino que he sido obligado por el poder y la majestad del Altísimo (gritos). No he querido yo decir esto! Para nosotros es algo dañino, pero es la verdad completamente irrefutable que ni siquiera vosotros os podéis substraer. Es tremendo que las almas en el Purgatorio invoquen por años y tal vez por siglos la ayuda de los ángeles que nunca llegará, porque se ha escondido y sepultado lo que en cambio debía haberse dado a conocer al mundo! (Continúa Parte II en: Existe en verdad el Mundo de los Ángeles de igual manera que existe el Infierno.)