LOS EXORCISMOS DE MARTA
EXORCISMOS REALES
EXORCISMOS REALES
Parte 3 de 6
MUNDO SOBRENATURAL
Exorcismo del 18 enero 2003
Nueva sesión, ya han pasado los tiempos en que venían muchos psiquiatras,
volvemos a estar solos. La madre, la hija y yo. Nosotros tres y el demonio.
Cada vez más veces no viene nadie. Aunque en esta ocasión pronto descubrimos que había otros dos demonios más. Uno era
Ledeseil, otra vez, era la tercera
vez que entraba fruto de las invocaciones de la secta satánica. Como
siempre bailoteaba con los pies y durante el exorcismo cantaba. Era una
canción muy hermosa, verdaderamente hermosa. La posesa la cantaba a la
perfección en un idioma para mí desconocido, aunque similar al galés. Parecía
una balada tradicional del siglo XIX. A Ledeseil ya sabíamos que era el agua bendita
lo que más le atormentaba. Pero para que saliera era necesario ordenarle a
Satán que le dejase marchar. Al preguntar el
nombre del otro demonio, obtuvimos como respueta la palabra inglesa Desiré,
"deseo", ese era su nombre. Tenía una voz infantil, dulce,
con la entonación de una niña mimada. Así como la voz de Satán era la más
abrupta y rugiente, la de éste resultó dulzona. Ledeseil nos dijo que Desiré
era el menos malo de los tres. Desiré en un momento dado dijo una cosa que me
impresionó. Dijo: “Porque me vi tan
guapa (al decir "guapa" en feminino nos estaba indicando que se
trataba de un alma perdida)... quería hacer tantas cosas... la soberbia me
perdió...”
Finalmente salieron los dos. En esta salida del
demonio, vimos por lo que decía la posesa en trance que a veces un demonio al salir se queda cerca, próximo al poseso
del que ha salido. Los dos que habían
salido estaban en un lugar concreto de la capilla que la posesa señalaba cuando
se lo ordenábamos en el nombre de Jesús. Tuvimos que alejarlos a los dos con
agua bendita.
Arrodillado ante el sagrario, le dije al Señor con mucha fe y compasión que
no por mí, sino por aquella madre y aquella hija, que para animarles y darles
esperanza, que le pedía humildemente que nos dijera cuantas sesiones quedaban.
No menos de cinco fue la respuesta.
20 de enero 2003
20 de enero 2003
Nada nuevo en la sesión. En el cuerpo de la chica sólo había un demonio,
Satán. Tuvo otra vez las extrañas convulsiones en las que no toca la
colchoneta. Otra vez íbamos a estar completamente solos la madre, la hija y yo.
Creo que por estas fechas, más o menos, ya no recuerdo bien, no lo apunté,
fue cuando entró en ella Lucifer.
Lucifer es el segundo demonio más importante del infierno (1). Tenía una voz distinta y hasta una psicología distinta a la
del Diablo. Siendo la ferocidad de Lucifer terrible, Satán, sin embargo, era
mucho peor. Satán siempre me recordó como dice la Biblia a un león rugiente.
(1) Error, Lucifer es el “Emperador de los infiernos”, y es superior a Satán que es el “rey de los demonios”, el segundo en poder.
(1) Error, Lucifer es el “Emperador de los infiernos”, y es superior a Satán que es el “rey de los demonios”, el segundo en poder.
1 de febrero.
En la sesión de este día la posesa resistió media hora no sólo sin gritar,
sino sin dar el más leve signo de trance. Al final cuando sí que dijo algo,
comprobamos que en ella estaba sólo Satán. También verifiqué que la presión
dolorosa sobre la posesa la hacía volver en sí del trance, bastó que
paulatinamente le fuera apretando más con el índice y el pulgar sobre la
clavícula para que abriera los ojos y volviera en sí preguntándose qué había
pasado. Ya lo había comprobado un psiquiatra en otra sesión. Hablé con otro
exorcista que me corroboró que en sus casos también le había pasado lo mismo. Si se aplica dolor al poseso, vuelve en
sí saliendo del trance. No obstante, en otro caso en México pude ver que la misma técnica no
servía para sacar al poseso del trance.
En la sesión ese día, sólo había dos chicos muy religiosos de un colegio
mayor y un psicólogo. Al final de la sesión la posesa escribió:
Soy San Miguel
Rezad,
Paciencia,
falta muy poco,
rezad
debes insistir
porque se pueden esconder durante mucho tiempo
hay gente que tiene “demonios
mudos”
haced caso a la
intuición y ver los ojos
la mayoría no sabe que
tiene demonios
es necesario que se
conciencien
si esto no acaba no os
desesperéis
tened mucha fe
Él os escucha siempre
muy importante que
recéis
tiene una influencia
fuerte.
Lo de insistir lo dijo San Miguel como consejo para detectar un demonio en
los posesos que vinieran a verme. Había que insistir en las oraciones pues
algunos demonios tratan de ocultarse con todas sus fuerzas para que el
sacerdote no se de cuenta de que están ahí. Lo de que San Miguel hablara a
través de un poseso me pareció que podía ser una cosa excesivamente difícil de
aceptar para la gente que leyera este tratado, además era algo que no había
oído jamás que hubiera sucedido anteriormente en toda la historia. Estuve
pensando en omitir este hecho, cuando me enteré de que en el caso de 1949 de Mount Rainier (Maryland, USA), el caso auténtico
en el que se basó la película El Exorcista, había sucedido. En la última
sesión, San Miguel había hablado a través del poseso. Así que este fragmento y
otros fragmentos se salvaron de quedar relegados a algún rincón de mis papeles
personales en algún armario perdido de mi casa.
Los dos chicos universitarios habían venido porque había dado en su colegio
mayor una conferencia sobre el tema del demonio. Al acabar la conferencia me
dijo uno de los chicos presentes que si alguna vez necesitaba a alguien para
ayudar en una sesión de oración por alguien que contara con él. Al cabo de un
par de meses acepté su invitación a ayudar. Y el chico pasó de la conferencia a
la realidad. Me imagino que jamás pensó aquel gallego de veinte años que
acabaría viviendo una experiencia como aquella.
Sea dicho de paso, aquel chico en los meses siguientes repitió por lo menos
siete veces. Y siempre venía acompañado de alguien del colegio. A veces uno,
dos o tres universitarios. Con lo que al pasar las semanas el número de chicos
que pasaron fue bastante considerable. Como es lógico en el colegio mayor se
hablaba mucho del tema, se discutía, se dividían los estudiantes en partidarios
y escépticos. No hace falta decir que en aquel colegio universitario mi
conferencia se convirtió en La Conferencia.
15 de febrero.
Dado que algunas semanas se me acumulaban los casos de posesión quise hacer
la prueba a ver si tenía la misma eficacia rezar por varios posesos a la vez.
Cité una misma mañana a un caso de una mujer que venía de Portugal y a Marta.
Comenzamos las oraciones, la portuguesa entró en trance en seguida, pero Marta
no. Por más que insistía yo, ella estaba tan tranquila, perfectamente
consciente, e incluso sin la más leve molestia.
Al cabo de media hora, llevamos a los portugueses a la sala de al lado, a
una sala de catequesis. Unos laicos siguieron rezando por la portuguesa que
siguió en trance y con los síntomas típicos de posesión. Pero llevábamos ya
varios misterios del rosario y otras oraciones. y Marta en la capilla no
entraba en trance.
Después del tercer rosario, dije una frase que sabía que era especialmente
odiosa a Satán en el caso concreto de Marta: haec est dies. Al momento apareció en la joven una levísima risa
despectiva. Se había manifestado, levemente por más que resistía por ocultarse,
pero ya no había podido evitarlo. Seguí orando. Poco despúes Satán
comenzó a gritar como siempre. Despues de la comunión pidió escribir. Y
escribió: “queda muy poco”.
Le pregunté acerca de las sesiones de oración por varios posesos, si daba
lo mismo orar por uno que por varios a la vez, si cuando había dos uno no sufría.
Y escribió:
“No, sufre menos, pero sufre, cuando hay dos puede que uno de los dos no se
manifieste, no por eso deja de sufrir, debes rezar mucho, España está muy
mal”.
Le pregunté por la portuguesa, ya que venían de tan lejos le pedí que nos
dijera las sesiones que quedaban y escribió: “No lo sé” [esto estaba subrayado 4 veces].
“Paciencia, que no pierdan la fe, soy San Miguel, impacientes!! Paciencia,
rezad mucho”; [después Satán escribió]: “demonios ocultos, por eso me han
permitido estar tiempo sin manifestarme para que te des cuenta de que se
ocultan aun estando casi fuera [es decir, a punto de salir].
·
Lo que pasa
cuando se reza sobre dos posesos a la vez.
Quedaba claro el resultado del
experimento. Si se rezaba por dos posesos a la vez, los demonios de ambos
sufrían, pero sólo uno se manifestaba. Y además sufría menos el demonio más fuerte. Porque cuando hay dos
demonios en una misma persona o en dos -si se reza a la vez- sufre el demonio
más débil, y los otros más fuertes sufren algo, pero mucho menos.
Alguien se habrá preguntado como podíamos saber si escribía un demonio o
San Miguel. Pues bien, no lo sabíamos. Cuando hablaba era claro, la voz de los
demonios es fea y rezuma odio. La voz de San Miguel era agradable y llena de
amor. Mas cuando escribía no podíamos saber quien hablaba. Por eso cuando era
San Miguel si quería que lo supiéramos escribía: soy San Miguel.
Durante esa misma sesión entré yo en varias ocasiones a rezar por la
portuguesa. El caso de la portuguesa era menos difícil y con la oración de los
laicos que había allí bastaba. Al final la portuguesa se puso muy mal, gritó
peor que nunca. Se levantó, se liberó de nuestras manos y se fue hacia la
pared. Su hermana enfadadísima le gritaba, yo de pie junto a la posesa, seguí
rezando. La posesa gritaba llena de horror y sollozos. En un momento dado los
sollozos se detuvieron y me sacó la lengua, la hermana ni corta ni perezosa le
propinó un sonoro bofetón. Le reprendí diciéndole que no era ella, sino el
demonio el que había hecho aquello.
Acabada la sesión de aquella mañana con la portuguesa, me comentó que
durante toda la semana había estado peor que nunca. Ya no podía trabajar desde
hacía una semana. Aunque vinieron varias veces desde Portugal, al final
encontré un sacerdote en Lisboa que rezara por ellas ya que en su diócesis
nadie se quería encargar de ellas.
Estoy seguro de que a pesar de todo lo dicho habrá quien tenga dudas de si
el demonio no nos estaría engañando haciéndose pasar a veces por San Miguel. Yo
tengo una cosa muy clara, si San Miguel no hubiera intervenido dándome ánimo y
diéndome que tuviera paciencia, puedo asegurar que hubiera enviado a la madre y
a la hija a otro sacerdote. Dado lo que se alargaba la resolución del problema,
les hubiera explicado a ambas que quizá me faltaban o conocimientos o
condiciones para resolver el caso y que yo mismo les buscaría quien se ocupase
de proseguir con las oraciones. Pero los mensajes de San Miguel me confortaban
dándome la seguridad de que íbamos por el buen camino. Así que el tema de la
intervención del arcángel puede parecer anecdótico, pero sin él yo no me
hubiera considerado apto para continuar.
22 de febrero 2003
El demonio que respondía al nombre de Belsenbagein
había entrado de nuevo. Llevaba ya quince días. Pero en la sesión en que
oramos con la portuguesa presente no se había manifestado.
En esta sesión no hubo nada especial. Después de salir estuvo por la
capilla. Lo supimos porque la posesa alzó la mano, y con el brazo extendido y los
ojos en blanco señaló hacia un lugar de la capilla. Al preguntarle por qué
hacía eso, contestó que por qué allí estaba Belseinbagein. Con agua bendita primero y después haciendo la señal
de la cruz con el Crucifijo de metal que uso en estas sesiones acabó por
marcharse. En un momento dado, el demonio que quedaba en la posesa me dijo:
tienes que hacer la señal de la cruz cinco veces más. Aunque tardó más en
marcharse definitivamente.
8 de marzo
Hoy el primer demonio se llamaba Noise, "ruido"
en inglés, era un demonio mudo. Tras
rezar los presentes varios rosarios, le forcé a que repitiera una alabanza a
Dios. Forzado a hablar por el poder de la oración, finalmente movió la boca
pero sin emitir sonido alguno dando a entender que no podía. Al insistir yo en mi
orden, se desesperó e hizo gesto con la mano de escribir. Lo que le había
ordenado que repitiera, no lo dijo, pero lo escribió; como para dar a
entender que hablar le era completamente imposible por más que se lo ordenase.
Pero el otro demonio, Lucifer, sí
que hablaba. Era un demonio terriblemente furioso. Cuando se le ordenó en el
nombre de Jesús que dijera que era lo
que más le atormentaba a Noise dijo que cantar. Es curioso, al poco de comenzar la sesión se me había ocurrido
que cantáramos. Una vez más entendí la importancia de las intuiciones cuando
uno está ejerciendo este ministerio con entes espirituales. Los ángeles,
sin duda, nos inspiran cosas que pensamos que son meras ocurriencias nuestras. Le
prengunté a Lucifer cuál era la canción que más le atormentaría. Contestó que Adeste Fideles. El villancico
comenzó y comenzaron frenéticas convulsiones. Parecía que iba a salir de un
momento a otro, pero aquel estado de paroxismo tardó todavía casi una hora.
Cuando salió Noise les dije que nos sentáramos todos en los bancos y
rezáramos un rato, un cuarto de hora, por los cuatro chicos del grupo satánico
que estaban metiendo los demonios en Marta. Debíamos rezar para que Dios los
convirtiera.
Acabamos la sesión sabiendo que estaba dentro Lucifer. Este era el segundo
demonio más importante del infierno. A Lucifer le atormentaba especialmente
recordarle que él fue la estrella de la mañana. Le atormentaba tanto que se
tapaba los oídos para no oírlo.
22 de marzo
22 de marzo
Marta tenía cuatro demonios. Perversión, Belcebú, Lucifer y
Satán. Durante todo el rato resistieron con verdadera fortaleza. El demonio
que respondía al nombre de Perversión hubiera cedido y salido, pero los
demonios superiores no le dejaban. Belcebú hablaba con un tono distinto de
los escuchados hasta el momento en las sesiones. Un tono en el que dejaba claro
que ni contestaba ni pensaba contestar. Y efectivamente no lo hizo en las tres
horas siguientes. Ni una respuesta. Sólo frases breves como : ¡¡Eres tonto!!,
cuando le preguntaba algo. O "quita esa mierda de encima" cuando le
ponía algo sagrado sobre su cuerpo. Los rosarios continuaban, lo mismo que las
letanías e invocaciones a San Miguel, San Jorge y la Santísima Virgen, pero
ningún demonio obedecía ni contestaba. Me dirigí a Perversión, el demonio más
débil, y le pregunté si se quería ir. Me dijo que sí, pero volvió a insistir en
que no le dejaban salir de aquel cuerpo. Entonces dijo: el primero y el último.
Enseguida supe qué significaba. Para que se fuera el último demonio, el más
débil, había que exorcizar al primero. Exorcizarlo por su nombre y ordenarle
que le dejara marchar. En el nombre de Jesús quebranto tu poder; deja
marchar a Perversión, repetí yo una y otra vez. Pervesión había dicho en un
momento de aquella sesión que los dos últimos demonios se marcharían a la vez.
Es decir, que saldrían él mismo y Belcebú al mismo tiempo. Como por la
tarde no tenía que decir misa, pues venía otro cura a decirla, celebré misa
allí mientras rezaban en voz baja el Rosario. Le di a tomar el “vino consagrado
por intinción”.
Ya era casi la hora de marchar y la cosa no acababa. Ni acababa ni el
demonio daba signo de estar a punto de ceder. Así que dije, tenemos que dejarlo
por la hora. A todos los que había venido les expliqué que aquello no suponía
una derrota por nuestra parte, que los demonios habían sido debilitados y si no
salían en una próxima sesión, saldrían en dos o tres sesiones más. Pero cuando
estaba vaciando en la entrada de los salones parroquiales, el contenido del
hisopo en la pila del agua bendita, un terrible bramido resonó del interior de
la capilla. La posesa rugió
estentóreamente con una fuerza tal como no lo había hecho durante las tres
horas anteriores. Yo en ese momento no lo sabía, lo deduje después, pero alguno
de los santos que habíamos invocado había venido y estaba obligándole a salir.
La posesa sola, sin que nadie hiciera nada, comenzó a gritar y a gritar. Así
que al ver claramente que se estaba desarrollando una lucha invisible, nos
pusimos a orar para debilitar al demonio y ayudar así en ese combate. Al cabo
de diez minutos salieron los dos demonios: Perversión y Belcebú. A la vez, tal
como había predicho a mitad de la sesión.
La madre me comentó que en uno de los pasados días, estaba viendo la
televisión y al ver las noticias de la guerra de Irak se le ocurrió rezar un
Padrenuestro por el alma de Sadam Hussein. Al hacer aquello el demonio al
momento se puso como loco, gritando fuera de sí. A lo largo de aquella mañana,
en medio de aquella sesión de varias horas, hacia el final, se me ocurrió que
podía yo también hacer la prueba, y efectivamente, fue decir a lo chicos que
estaban allí ayudándome que íbamos a rezar un Padrenuestro por el alma de esa
persona, y de pronto la posesa estalló en una verdadera tempestad de ira y
furia. Seguí rezando el Padrenuestro, y el demonio comenzó a gritar con rabia e
impotencia:
¡¡ES MÍO!! Repetía eso una y otra
vez, ordenándonos que nos calláramos.
El espectáculo de odio, de convulsiones, de gritos era impresionante. Todo
el asunto puede aparecer muy anecdótico, pero personalmente para mí tuvo
enseñanzas espirituales muy importantes. Pues ante semejante escena saqué dos
conclusiones muy claras. La primera es que así como la posesión
demoníaca afecta al cuerpo, así también hay personas que tienen el alma como
poseída por el demonio (¿). Ciertamente el alma no puede ser
poseída, siempre es libre, pero el alma se puede cargar de tantas ataduras, de
tantas cadenas, que al final sea un juguete en manos del Maligno (¿). Es
decir, una voluntad débil y maniatada por las bajas pasiones arrastrada a
merced del viento de la tentación. Por eso repetía: “es mío”. Frente a eso, nosotros los cristianos tenemos un Dominus,
un Señor.
La segunda enseñanza es que nunca me hubiera imaginado que un simple
padrenuestro pudiera descomponer tanto al demonio. Que una oración tan
sencilla, tan breve le infundiera tanto temor de que pudiera perder la presa
tanto tiempo perseguida. Y comprendí que tenía razón. Pues una oración, una
sóla, supone que Dios le enviará sin duda una gracia a su alma. Y una sola
gracia puede provocar un arrepentimiento que le eche a perder al demonio una
presa atada durante muchos decenios. Un padrenuestro podía destruir el trabajo
del demonio durante años en una persona. El demonio temía con razón.
Así que entendí que de la misma manera que en ese momento había una guerra
material -la de Irak- también hay una guerra espiritual. Una guerra espiritual que se combate con
armas espirituales. No somos conscientes del poder que poseemos. No
sabemos hasta que punto una oración, una sóla, puede cambiar a alguien en un
puesto estratégico, que a su vez puede cambiar todo.
Es a la luz de esta escena cuando uno ve el poder de ese flujo invisible
que emerge de los cientos de monasterios repartidos de un confín al otro del
mundo. Son una continua fuente de bendiciones. En silencio, desde la oscuridad,
ellos cambian la historia. Por eso, por esta enseñanza, pensé que era bueno
contar esta anécdota. Satán le dijo a la madre, a través de la posesa en su
casa, que lo que buscaba con la guerra era crear destrucción y sufrimiento.
6 de marzo
6 de marzo
El demonio Jaislashenka.
Nada especial que reseñar. Tan sólo que además de Satán, había un
demonio dentro de la posesa que se llamaba Jaislashenka. Los demonios entraban porque en la secta
satánica les invocaban. Seguíamos rezando para que se convirtieran las personas
que pertenecían a ese grupo del demonio. Justo ya a punto de acabar y con la
chica todavía en trance, rezamos por la conversión de las personas de la secta
satánica. Cuando yo estaba recogiendo el agua bendita, la madre rezó un Padrenuestro
por la conversión de Sadam Hussein. La madre me miró y me dijo ¿se ha fijado,
padre? Sí, era evidente que rezar por él ya no le causaba ningún tipo de temor
a perderlo. La madre al instante comentó: eso es que se ha muerto y se ha
condenado.
Me acerqué e invité a todos: vamos a rezar con verdadera fe por la
conversión de Sadam Hussein. Pero por más que oramos aquella sonrisa de triunfo
no desapareció de la cara de la posesa. No dijo nada, no le importaba que
rezáramos por él, era como si nos dijera: ya
no podéis hacer nada por él. La madre en voz alta dijo: padre, yo creo que
eso significa que ha muerto en algún bombardeo de esta semana.
No hace falta decir que un año después apareció Sadam en su refugio. ¿Por
qué entonces Satán había actuado de aquella manera? Quizá fue una enseñanza que
recibimos por parte de Dios al permitir eso para ver hasta que punto nos
podemos dejar engañar por Satán. Sí, nunca
hay que bajar la guardia en los exorcismos.
12 de abril.
·
Sobre
Demonios Mudos y Almas Perdidas.
En esta sesión salió
un demonio mudo (del que no
sabemos el nombre) y Desiré.
El espíritu que respondía al nombre de Desiré hizo gesto con la mano de
querer escribir. Tumbada la posesa boca arriba y sin mirar nos escribió que no
era un demonio sino un alma humana. Después continuó escribiendo lo que
sigue:
Paciencia,
soy Desiré (este nombre lo pronunció en inglés)
no mala
[es decir, no soy como
los demonios, quería decir que fue una mujer en vida] (Lo escrito entre
corchetes son explicaciones o preguntas del sacerdote)
rezar es muy
importante
rezar
fe
llamar a San Miguel todos juntos
es importante fe
me voy cuando acabe de escribir
yo muy mal
no descanso
tranquilas
yo no rechazo a Dios
yo viví hace mucho tiempo pero no fui buena
muy guapa, yo creía poder todo
[entonces le ordené en latín, en el nombre de
Jesús, que me dijera dónde y cuando vivió. Respondió:]
no hay escritos
no comprobable
hace siglos
[insistí mucho rato en
mi orden, al final escribió:]
1514
[En el nombre de
Jesús, te ordeno que me digas la verdad, le volví a instar]
¿Por qué te tendría que mentir?
Si fuera demonio no rezaría
[era cierto que en
ciertos momentos se había puesto a rezar oraciones a Dios y a la Virgen]
[insistí en que dijera
dónde vivió]
no voy a decir dónde
no es importante
perdida no encuentro luz
te he dicho que me iré cuando acabe de decir lo
que me han dicho que os diga
[¿hay muchos espíritus perdidos como tú?,
pregunté]
hay muchos
están en la tierra
fueron hombres
no somos ángeles
no somos demonios
debéis rezar
[le pregunté si
esos espíritus perdidos se comunicaban entre sí, si tenían algún tipo de
relación]
no
ir de un lado a otro
sabéis mucho usarlo bien
queda muy poco
pero no sé cuanto
no depende de mí
[le dije que nos
revelase su nombre]
no importante nombre real
tenías que saber que hay otro demonio
echarlo con fe
San Miguel
fe
rezar
[le pregunté si su
nombre Desiré era su nombre también en la tierra]
“al morir cambiamos de nombre”
al invocar a fuerzas ocultas a veces vamos nosotras si el hechizo sólo
influye en el pensamiento, nos vamos cuando la persona reza con fe [se refería a que los espíritus perdidos se
marchan del cuerpo de una persona cuando se ora, sin necesidad de exorcizar a
ese espíritu concreto]
también rezamos, pero el momento fue cuando
vivíamos.
Satán furioso, no os asustéis
Dios con vosotros
hay muchos ‘demonios ocultos’
debéis rezar durante más tiempo [para detectar los demonios ocultos]
3 o 5 minutos son insuficientes
a veces tardan horas o días en manifestarse
peligro ‘demonios mudos’
difícil reacción
España fatal, muchos demonios ocultos, gente no
sabe
piensan demonios no existen, están muy ciegos
rezar por ellos, piensan listos y son tontos
Ánimo, Me voy
Y tal como dijo, en cuanto acabó de escribir lo que le habían dicho que nos
comunicase, sus brazos volvieron a caer sobre la colchoneta y dio un suspiro
profundo y prolongado y salió. En cuanto salió, el otro demonio que había
dentro de la posesa se manifestó furioso.
A lo dicho había que añadir que
nos había respondido a un "sí" a la pregunta de si un alma condenada
al infierno podía poseer a una persona. Nos había dicho también que había otros
espíritus que vagaban por la tierra. Espíritus perdidos, que siendo malos en vida
y muriendo sin haber pedido perdón, no obstante no habían rechazado a Dios. Y
que esas almas tenían hasta el Juicio Final para encontrar la Luz.
Unas semanas antes, la posesa también había entrado en trance y escrito que
él, la entidad que respondía al nombre de
Jaislegel, no era un demonio, sino el
alma de un hombre que había sido muy malo en vida. Escribió su nombre tal
como se pronuncia en castellano: Jaislegel. Al ser preguntado si buscaba la
luz. Respondió que sí. Y siguió escribiendo:
difícil [que era difícil encontrarla, la luz]
tuve mi momento
el momento es mientras vives
no hay solución
Espíritus perdidos
vagan buscando un descanso, pero no lo encuentran
purifican sus pecados, muchos
tardan muchos siglos, depende de los pecados y del estado del alma
las culpas son nuestras
Algunos [están] mejor que nosotros
nosotros estamos aquí
no salimos de este mundo
[la madre de la posesa
manifestó algo de pena, y el espíritu respondió] si supieras mi vida quizá no pensarías así
la diferencia con los demonios es que no
rechazamos a Dios, fuimos malos, no pedimos perdón en su momento.
Yo mala vida, pecado
yo vivía sin Dios, como si no existiera
Después dijo que “cuando los hombres invocan a fuerzas
ocultas vienen almas perdidas”, pero que “cuando
invocan a demonios vienen demonios”.
25 de abril
Marta, estuvo muy enferma cuatro días. Tenía un demonio mudo llamado
“Muerte”, enviado para matarla. Estuvimos dos
horas con aquel demonio mudo que la mantenía en trance pero que no decía nada,
ni una palabra. Al final pensamos que si el demonio mudo no hablaba, Lucifer
sí. En cuanto le ordenamos que hablara, habló y rugió. Al ordenarle que nos
dijera como saldría, dijo que rezando. Y haciendo eso, al final salió.
24 de mayo
Las primeras
comuniones y compromisos parroquiales de mayo ha sido un mes muy ocupado y las
sesiones han tenido que ser pospuestas. Estaba hoy acompañado de dos
religiosos.
Desde el principio había tres
demonios: Satán,
Lucifer y Fireflea que significa "pulga
de fuego". Pensé que quizá era Firefly (luciérnaga) en vez de
Fireflea (pulga de fuego). Pero al preguntárselo me dijo que la luciérnaga era
algo bello. Con lo que significaba que no, que él era Fireflea.
Le decía yo a ese
demonio cosas como que el agua bendita que le daba a beber y que le asperjía
apagaba su fuego, y que la Mujer apastaba su cabeza. Pero eran las oraciones
vocales que rezábamos, Avemarías, lo que más le atormentaba. El demonio estaba localizado en el
vientre.
Finalmente, San Miguel o Santa Catalina de Siena, le obligaron a
arrodillarse justo delante del altar. Se produjeron los aullidos y lloros
aterradores de tantas sesiones. Su cara estaba congestionada. Las lágrimas
caían sobre la base de madera del crucifijo del altar mientras la posesa se
agarraba a la cruz. Después la envié al sagrario. Al ir hizo lo mismo que había
hecho con la cruz, ella, espontáneamente, se dirigió con paso pesado a los pies
de la imagen de Nuestro Señor, se arrodilló junto a sus pies mientras con las
manos abrazaba el sagrario. Se había abrazado al sagrario como a la cruz, sin
rabia, sin odio, sólo aullando y llorando. Los que estábamos alrededor no
hacíamos más que rezar avemarías, pues era evidente que invisiblemente algo
estaba pasando. Un santo o un ángel le ordenaba hacer todo aquello que le
atormentaba como un exorcismo.
Fireflea salió,
pero los demonios que quedaban hacían que la posesa siguiera aullando y
llorando. Aquella orden invisible se prolongó durante más de media hora.
Finalmente calló, quedó en silencio, calmada aunque en trance, pero todavía
seguía de rodillas. Como nosotros no la estábamos exorcizando y ella seguía en
trance pero con compostura devota ante el sagrario, no nos movimos y
permanecimos todos de rodillas ante el sagrario. Después hizo gesto de que le
diéramos papel para escribir. Y escribió:
cruz = fin
importante concienciación
final muy cerca
cuando abraza lo que más odia el final está muy
cerca
no desesperéis
luego irá todo mucho mejor
paciencia y fe
Dios os escucha siempre
no lo dudéis nunca
soy San Miguel, tranquilos
seguir rezando por Pablo
rezar; rezar
encomendaos a Dios
llamarme que yo iré
Dios está con vosotros
Justo antes de escribir había dicho "cruz
sinónimo de fin". Yo sabía muy bien a que se refería. Estaba seguro de
que justo cuanto todo estuviera para acabar se desataría una tormenta. Una
tormenta eclesiástica contra mí. Aquello confirmaba esa intuición que tenía yo
desde hacía meses.
7 de junio 2003
Estamos solos la madre, la hija y yo. Y tres demonios. Pronto contestó el
inferior que además de Satán y Lucifer estaba
otro llamado Odio. Hacerle la señal de la cruz era lo que más
le atormentaba. Yo le hablaba del amor de Jesús, del amor de Dios. En
un momento dado, y sin hacerle ninguna pregunta, hizo gesto de querer escribir.
Al ponerle las hojas sobre el vientre escribió con una letra distinta a todas
las letras anteriores:
las cruces en la cabeza casi ninguno las soporta
muy importante
hazlo a todos
cuando vengan a ti
a ninguno [de los demonios] le gusta
signo tú hacer siempre
Estas líneas se las obligó a escribir San Miguel, para que supiera cómo
hacer para descubrir a los demonios que se ocultan cuando un sacerdote trata de
discernir si alguien está poseso. Y es verdad que el padre Amorth siempre
hacía sus oraciones con un gran crucifijo en la mano con el que hacía cruces en
la cabeza cuando alguien llegaba a ver si estaba poseso.
Al final el demonio llamado Odio salió, pero cuando le pregunté si efectivamente
había salido, la posesa con los ojos en blanco y sin decir nada señaló un punto
cerca de ella. El demonio estuvo todavía más de media hora sin alejarse de la
posesa. Hacer la señal de la cruz en el aire, bendiciendo, es lo que hay que
hacer en estos casos para alejarles definitivamente. Aunque esto puede
demorarse, incluso tanto como en este caso: media hora. Sabemos que eso es lo
que hay que hacer, porque después de tantos rosarios a la pregunta de qué había
que hacer para que se fuera, la respuesta fue levantar lentamente el brazo y
hacer una señal de la cruz en el aire con la mano hacia el lugar donde había
dicho que estaba. Lo mismo nos había dicho Lucifer muchas semanas antes
respecto a otro demonio. En este caso añadió que hacer la señal de la cruz y
asperger con agua bendita. Cuando llevábamos más de un cuarto de hora
intercalando oraciones y estas dos cosas y seguía sin marcharse, y yo insistí
en preguntar que qué más había que hacer la respuesta fue: ¡impacientes!
Pero de pronto emergió una voz completamente distinta de la posesa, una voz
que era exactamente igual a la de la niña de la película El Exorcista. No voy a
tratar de describir la voz porque era idéntica a esa. La nueva voz dijo que la
secta satánica estaba invocando a los demonios. Al preguntar el nombre del
nuevo demonio nos dijo que era Soberbia. Le hablé de la humildad de Cristo, e
incluso de la humildad de Dios. Le repetí que más valía servir en el cielo que
reinar en el infierno. Se retorcía de dolor al oír aquello. También señaló la zona exacta
del cuerpo donde estaba, la parte posterior de la cabeza. Al
hacer allí la señal de la Cruz se retorció y gritó de un modo más desesperado.
Pero la secta seguía invocando a demonios para que vinieran en ayuda de los que
allí había. Era como la comunión de los santos, pero a la inversa. La voz de Soberbia nos dijo que en la
capilla había dos demonios más: Jaizel y Dolor. Incluso nos señaló donde estaban,
sobre el altar. No llegaron a entrar porque nos pusimos a rezar por el miembro
de la secta que les estaba invocando. Cuando una secta hace eso, lo mejor es
rezar y rezar por el que está invocando a los demonios.
También a Soberbia la señal de la cruz era lo que más le atormentaba. Es curioso que la madre en un momento dado le
puso una pequeña cruz en la mano de la posesa, y al instante la hija dio un
quejido y dijo: me ha pinchado,
vuelta completamente en sí y señalando un punto concreto de un dedo de la mano.
Fue una vuelta en sí repentina. Y en la pequeña cruz nada podía pincharle. Pero
al instante volvió en sí.
Finalmente la posesa se puso de rodillas y dijo: No puedo nada contra Dios. Y se agarró a la cruz del altar. Lo hizo
espontáneamente sin que se lo ordenáramos.
Salió el demonio tras veinte minutos de gritos tremendos. Los otros
demonios Jaizel y Dolor también se habían marchado. Sólo estaba Lucifer y
Satán. Y a juzgar cómo gritaba Lucifer estaba pronto a salir. Y así fue, una
hora después, salió. Hay que reseñar que cuando estaba gritando y gritando pero
no salía, le ordené en latín: ¿quae formula usare debo ut exeas?, ¿qué
fórmula debo usar para que salgas? Y al momento dijo: En el nombre del Dios de la Salud, del Dios de la Luz, te
ordeno que salgas inmediatamente. Recitó la fórmula
lentamente, haciendo pausas para que la repitiera. Si el poder de la oración
obligaba al demonio a hacer aquello, había que reconocer que era un poder
impresionante. Seguí repitiendo esa fórmula varias veces y al final salió.
Cuando salió oré un poco para asegurarme de que no estuviera dentro. En
seguida emitió quejidos y quejidos. Le pregunté si era Lucifer. ¿Es que no me reconoces? Me preguntó Satán
con su furia habitual y su voz algo distinta, algo más agresiva que la de
Lucifer.
Lo más gracioso de Lucifer era que a cualquier pregunta que le hiciera
siempre me espetaba con un tono muy peculiar: ¡Qué tonto eres! ¡Pero qué
tonto...! Siempre repetía esta frase con un soniquete especial, burlesco,
alargando la primera "o". Aunque en cambio me produjo una cierta
vanagloria cuando en dos ocasiones, repitiendo yo con toda tranquilidad una oración en lenguas, Lucifer no se aguantó más y gritó furioso:
Me pone enfermo tu paciencia. ¡Pero es
que no te cansas nunca!
Yo, desde que Lucifer me dijo lo tonto que era, he dejado de considerarme
un gran teólogo.
(Continúa en: Parte 4 de 6.- 14 de junio 2003)
(Continúa en: Parte 4 de 6.- 14 de junio 2003)