MUNDO SOBRENATURAL El Instituto de Estudios de Fenómenos Místicos Extraordinarios (Sobrenaturales y Preternaturales), pone a su alcance el conocimiento formal de estas materias; así como de Almas Entrampadas; Angelología; Demonología; Sectas; Simbolismo; Guerra Espiritual; Sucesos Apocalípticos y mucho más.
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lunes, 28 de octubre de 2019
ORACIONES DE PODER DE "EL EJÉRCITO MARIANO": ESCAPULARIO PODEROSO DE PROTECCIÓN, EVITAR PROFANA...
ORACIONES DE PODER DE "EL EJÉRCITO MARIANO": ESCAPULARIO PODEROSO DE PROTECCIÓN, EVITAR PROFANA...: ¡Cómo evitar la Profanación de Templos! La Reina y Madre de los Últimos Tiempos REMEDIOS Y PROTECCIONES P ODEROSAS PARA LOS ‘ÚLTIMOS TIEMPOS'... ESCAPULARIO DE GRAN PODER, CRUZ DE LA LUZ Y MEDALLA DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO Y CRUZ DEL PERDÓN PARA NUEVAS ENFERMEDADES Y SUS DOLORES QUE NO TENDRÁN CURA MÉDICA, CON TERE HINOJOSA (CD DE MÉXICO) Y RITA CONTRERAS (GUADALUPE, ZACATECAS)
sábado, 10 de agosto de 2019
Revelaciones de las almas a María Simma
SOBRENATURAL Y MÍSTICO
Revelaciones de las almas a María Simma
Sacerdote muere y es condenado al infierno, regresó con ayuda de María
LA HISTORIA DE MARÍA SIMMA
VIDENTE MARIA SIMMA - LA CONFESIÓN , EL ROSARIO Y LOS SACRAMENTALES
MARIA SIMMA - 2 - PURGATORIO Y EXPERIENCIAS DE MARIA SIMMA
PERSONAJES FAMOSOS EN EL PURGATORIO, MARIA SIMMA (Parte 4)
MARIA SIMMA -Parte 5- AYUNO Y ORACIÓN
MARIA SIMMA- 6 - EL CIELO Y MILAGROS EUCARÍSTICOS
MARIA SIMMA - 7 - LA SANTA MISA
MARIA SIMMA -8 - SANTOS Y ENSEÑANZAS DE LA IGLESIA
MARIA SIMMA - 9 - LOS OBISPOS Y EL PAPA
SÁQUENNOS DE AQUÍ
MARIA SIMMA - 10 - LOS SACERDOTES Y LAS IGLESIAS
MARÍA SIMMA - 11 -LA CONFESIÓN, EL ROSARIO Y LOS SACRAMENTALES.
MARIA SIMMA - 12 - OTRAS RELIGIONES, GUIA Y PROTECCIÓN.
MARIA SIMMA - 13 - GUÍA Y PROTECCIÓN 2ª PARTE
MARIA SIMMA - 14 - ABORTO Y OCULTISMO
MARIA SIMMA - 15 - EL OCULTISMO (2), EL INFIERNO Y SATANÁS
MARIA SIMMA - 16 - EL INFIERNO Y SATANÁS (2ª PARTE)
MARIA SIMMA - 17 - LA ENFERMEDAD
MARIA SIMMA - 18 - LA MUERTE
MARIA SIMMA - 19 - FUNERALES, TUMBAS. MATRIMONIO (1ª parte)
MARIA SIMMA - 21 - APARICIONES MARIANAS
MARIA SIMMA - 22 - SUFRIMIENTO Y REPARACIÓN
MARIA SIMMA - 23 - SUFRIMIENTOS DE MARÍA SIMMA. ADVERTENCIAS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO
MARÍA SIMMA - 24 - CONSEJOS DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO
MARIA SIMMA - 25 - EUCARISTÍA , SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
VEA TAMBIÉN:
MUNDO SOBRENATURAL
jueves, 4 de julio de 2019
PODER SOBRENATURAL DE LAS RELIQUIAS
El real Poder
Sobrenatural de las Reliquias
El culto de las reliquias
parte de una necesidad humana de reverenciar a la persona que ha dado muestras
de santidad.
Pero además Dios obra
milagros a través de las reliquias cuando así lo dispone.
La reliquia es un vínculo físico con alguien
que fue tan devoto de Dios en esta vida, que fue digno de entrar en el Reino de
los Cielos donde todos los santos interceden por nosotros para siempre.
.
Y también es un vínculo físico
con lo sobrenatural porque en oportunidades son vehículos que Dios elige para
actuar en el mundo.
Es
más, el
valor real de las reliquias reside en ser un canal por el cual se realicen
milagros de Dios.
La sabiduría popular sabe esto, por eso cuando hay algún
enfermo difícil se busca una reliquia para que lo toque.
Y
cuando reliquias de santos están de gira vemos que se llenan los templos que las
exhiben.
Sin
embargo debemos recordar que existe un combate a todo lo sobrenatural dentro de la Iglesia, por lo que se desmerece
su poder de vinculación con el mundo sobrenatural.
Y llega al paroxismo en los protestantes, quienes niegan siquiera
la posibilidad de venerar una reliquia como recuerdo de un santo.
LO BÁSICO:
EL RESPETO Y LA REVERENCIA A LAS RELIQUIAS EN GENERAL
Todos sabemos o hemos escuchado decir de padres que
conservan un mechón de cabello de sus hijos o algunos de sus dientes o su
juguete favorito.
Ciertamente todos nosotros poseemos alhajas, muebles o algún
objeto querido por nuestros padres, nuestros abuelos u otros miembros de la
familia.
Sacar la vajilla de la abuela para la cena de Navidad o rezar con
su rosario remueve las emociones y nos hace sentir conectados una vez más con
alguien que amamos pero que ya ha muerto.
La sociedad secular también aprecia las reliquias.
Los museos históricos suelen tener objetos usados por próceres de
la patria, como por ejemplo prendas de vestir, algún documento firmado por
ellos, armas que usaron, etc.
La
veneración de las reliquias no está limitada solamente a la Iglesia Católica o a la Ortodoxa.
Los budistas veneran los dientes
de Buda; los musulmanes veneran la espada, la túnica e incluso los
mechones de la barba de Mahoma.
En
épocas antiguas, cuando un granjero desenterraba los huesos de un dinosaurio, los griegos y los
romanos los tomaban como restos de la antigüedad que había que conservar.
En
nuestro caso, las reliquias son una de esas facetas de la devoción católica que
inspiran fascinación, a veces temor, y reacciones favorables de algunos y de
suspicacia de otros sobre su autenticidad.
¿Por qué la Iglesia Católica
conserva reliquias, por qué hace que los fieles las veneren y por qué los
católicos las quieren?
Así como las reliquias de nuestros familiares nos proveen una
conexión física con alguien que amamos, los artefactos históricos proveen un
enlace o una conexión con alguna persona a la que admiramos.
Por ejemplo una conexión particular con un momento de la historia que se logra con las
reliquias históricas en las vitrinas de los museos.
Las reliquias sagradas significan de la misma manera, pero de modo más
intenso.
Porque en el caso de las reliquias de los
santos la conexión no es solamente hacia alguien que amamos o admiramos, sino
con alguien que ha sido genuinamente sagrado y ahora su alma es glorificada en
el cielo e intercederá por nosotros con nuestro Dios Todopoderoso.
LAS RELIQUIAS CRISTIANAS
VENERADAS DESDE SIEMPRE
Los protestantes, en quienes la acusación de idólatras a los
católicas es parte de su ADN, deberían tomar en cuenta que la reverencia a los restos y
pertenencias de los santos está arraigada en la Sagrada Escritura.
Hay menciones en la Biblia de la acción
sobrenatural de las reliquias.
En Reyes 2 13:20-21 podemos leer sobre un hombre muerto que es
traído de nuevo a la vida después de que su cadáver estuviera en contacto
con los retos del profeta Elías:
“tan
pronto como el hombre toco los huesos de Elías, revivió, y se puso de pie.”
En el Nuevo Testamento encontramos esta historia en Marcos 5:25-34:
“Entonces,
una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había
sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho
alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se
acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.
Pues
decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré’.
Inmediatamente
se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal”.
En Hechos de los Apóstoles cuenta como los cristianos le
preguntaron a San Pablo si podían tocar sus pañuelos y las demás ropas.
Y
cuando estás ropas fueron dadas a los enfermos o a los poseídos,
“…bastaba aplicar a los enfermos
los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades
y salían los espíritus malos” (Hechos 19:12).
Esto
lo vieron los cristianos primitivos.
Aun
en tiempos de persecución los primeros Cristianos hacían un esfuerzo para recuperar los
restos de los mártires, así podrían darles santa sepultura.
Una carta del año 156 d.C. describe el martirio del obispo de
Esmirna, San Policarpo.
Las
autoridades romanas ordenaron que su cuerpo fuera quemado, pero los Cristianos
de Esmirna buscaron entre las cenizas algún rastro del Santo que no hubiera
sido consumido por las llamas.
“Buscamos
sus huesos”, escribió
el autor anónimo de la carta, “los cuales son más valiosos incluso que piedras preciosas o más
finos que el oro más puro, y los colocamos en un lugar adecuado, donde el Señor nos permita
reunirnos, mientras seamos capaces, con alegría y regocijo, celebrar el día de
nuestro mártir.”
También
se convirtió en una costumbre entre los primeros Cristianos reunirse en la tumba de un
mártir para celebrar el aniversario de su martirio; lo que llamamos día
festivo.
En
muchas instancias el obispo daba la Misa usando el sarcófago del mártir como altar.
Ese
es el origen de la tradición – que sigue usándose – de guardar las reliquias de los
santos en un altar.
Esa
venerable tradición provee una conexión directa e inquebrantable desde las catacumbas hasta tu
parroquia.
EL PODER SOBRENATURAL DE
LAS RELIQUIAS
Las reliquias sirven como un enlace físico
entre el mundo natural y el sobrenatural.
Los
católicos creen que sólo Dios puede sanar, pero además, que Dios puede en algunos casos
permitir la curación a través de medios físicos, tales como una reliquia de una
persona santa.
La
morada del Espíritu Santo afecta al cuerpo físico, y Dios puede hacer milagros a
través de los cuerpos de santos difuntos.
Ya
en el Antiguo Testamento, los restos de los fallecidos han demostrado que poseen un poder
que sin duda viene de Dios.
Anteriormente
en este artículo hemos relatado tres pasajes de la Biblia donde se ve el poder de Dios
enviado a través de los objetos: en
-el
Antiguo Testamento la resucitación de un muerto (2 Reyes 13: 20-21),
–la curación de le hemorroísa por tocar el manto
de Jesús (Marcos 5:25-34 ) y
–la sanación mediante el
contacto con objetos que usaba San Pablo (Hechos 19: 11-12).
También hay muchos místicos que atestiguan el poder sobrenatural
de las reliquias,
por ejemplo Catalina Emmerich, ver aquí y aquí.
Y muchos de los milagros de sanación, inclusive de canonización, involucran la exposición
de los enfermos a reliquias de los santos, por ejemplo algún guante del Padre
Pío, ver aquí y aquí.
Por lo tanto las reliquias son más que
recuerdos.
El
cuerpo del santo proporciona un vínculo espiritual entre la vida y la muerte,
entre el hombre y Dios.
Y
a causa de la
gracia que Dios deposita en el objeto, son un tesoro inestimable para los
fieles.
La veneración de reliquias en la Edad Media llegó a rivalizar con
los sacramentos en
la vida diaria de la iglesia medieval.
De
hecho, desde
la época de Carlomagno, era obligatorio que cada altar contuviera una reliquia.
Esto
era alimentado por la creencia cristiana en la vida futura y la resurrección,
en el poder del alma, y en el papel de los santos como promotores de la humanidad en el
cielo.
Pero la reliquia no es un amuleto que por sí
misma logre milagros sobrenaturales, sino un vehículo por el cual el fiel
demuestra su veneración al santo, adora a Dios y le pide una gracia especial.
Pero
muchas veces hemos visto excesos.
EL ‘ENDIOSAMIENTO’ Y LA
AUTENTICIDAD DE LAS RELIQUIAS
Siempre existió el peligro, por supuesto, de
que algunos cristianos pudieran tratar a los santos como si fueran pequeños
dioses y a las reliquias como amuletos.
San Jerónimo en su carta a Ripario escribe sobre la
veneración apropiada a santos y reliquias,
“Nosotros
no hacemos culto, nosotros no los adoramos (a los santos), por temor a reverenciar más a la
criatura que al mismo Creador.
Sin
embargo, nosotros veneramos las reliquias de los mártires a fin de adorar mejor a
Aquel a quien estos pertenecen”.
Por
desgracia, durante la Edad Media algunos lugares reclamaron poseer reliquias de
manera absurda.
Como
por ejemplo una pluma del Espíritu Santo o el escudo que San Miguel Arcángel
llevaba cuando sacó a Lucifer del Cielo.
Una
de las reliquias más codiciadas de la Edad Media fue la cabeza de Juan El Bautista.
No se sabe cuántas iglesias la incluyeron entre sus tesoros, contando a la Iglesia de
San Silvestre in Capite en Roma, la Catedral de Amiens en Francia y el
Monasterio de Gandzasar en Armenia.
Lo más extraño de todo es que el clero Musulmán de la Mezquita de
los Omeyas en Damasco afirmaban que ellos tenían el cráneo de San Juan. Una
reclamación que ellos hacen hasta el día de hoy.
Tales
abusos llevaron a los reformadores protestantes a atacar la veneración de las
reliquias.
En el Concilio de Trento los obispos Católicos respondieron
explicando y defendiendo esta práctica diciendo,
“Los
sagrados restos de los santos mártires y de los demás que ahora viven con
Cristo – cuyos cuerpos fueron miembros vivientes de Cristo y ‘el templo del
Espíritu Santo’ (1 Corintios 6:19) y quienes serán despertados por Él a la vida
eterna y serán glorificados, están para ser venerados por los fieles.
A
través de éstas (reliquias) muchos beneficios son concedidos por Dios a los
hombres”.
Como
se ve,
apela también al poder sobrenatural de las reliquias.
Pero
podemos encontrar más críticas injustas a las reliquias.
LAS CRÍTICAS INJUSTAS SOBRE
LAS RELIQUIAS
De todas las reliquias la más famosa es la Santa Cruz.
En el año 326, la Emperatriz Santa Elena, madre del Emperador
Constantino hizo una peregrinación a Jerusalén, específicamente para encontrar
el Santo Sepulcro: la tumba en la que Cristo había sido sepultado y de donde Él había
resucitado.
Fue
durante la excavación del Santo Sepulcro que Santa Elena encontró la Santa
Cruz.
En
20 años de una exploración en el siglo XIX, fueron encontrados fragmentos de la Cruz en
iglesias de todo el Imperio Romano.
Porque
la madera “sobre la cual colgaron al Salvador del mundo”, era importante para la liturgia
del Viernes Santo, y estos fragmentos fueron especialmente valorados.
Cada astilla fue – y sigue siendo – un enlace directo al momento en el que
Jesucristo dio su vida por nuestra salvación.
No
es de extrañar, entonces, que las piezas de la Santa Cruz sean las más buscadas
de todas las reliquias.
Los
innumerables pequeños fragmentos de las reliquias de la Santa Cruz han dado lugar a generaciones
de escépticos que afirman que si todos los pedazos se volvieran a ensamblar
habría suficientes como para construir el Arca de Noé.
Pero en 1870 el francés Rohault de Fleury, publicó un libro en el cual él relata su
intento por enumerar todas las reliquias existentes de la Santa Cruz; él
incluyó las medidas de cada pieza.
Fleury encontró que todas las reliquias
existentes no serían suficientes como para construir una cruz lo
suficientemente grande como para crucificar a un hombre.
LOS TIPOS DE RELIQUIAS QUE
SE DISTINGUEN
Las
reliquias pueden
ser de tres grados:
1º grado: un fragmento del cuerpo.
2º grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida
(rosario, Biblia, cruz, etc.).
También objetos asociados con el
sufrimiento de
un mártir.
3º grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de
primer grado o a la tumba de un santo.
De
esta esta forma podemos hacernos nuestras propias reliquias, haciendo que un
objeto nuestro toque una reliquia de primer grado o la tumba de un santo.
El
culto de las reliquias, como la Iglesia siempre subraya, es un culto relativo.
El culto de Dulía Relativa es el que está
reservado a las sagradas imágenes y reliquias religiosas.
O sea desde representaciones pictóricas de Jesucristo, de la
Virgen, de los ángeles y los santos.
Hasta las reliquias, principalmente de los santos, como cuerpos
incorruptos, ropas, cabellos, objetos personales, o el famoso Sudario de Turín.
La
palabra que identifica el culto de Dulía Relativa es Veneración.
Podemos inclinarnos ante las imágenes y
reliquias, pero teniendo en mente que a quien veneramos finalmente no es a la
imagen, sino al santo representado por la misma.
Podemos besar las imágenes y las reliquias, dedicando nuestra
actitud al santo,
representado ya sea en reliquia o en imagen.
LAS RELIQUIAS DEBAJO DE LOS
ALTARES
En
el libro del Apocalipsis 6: 9 dice,
“Cuando
abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la
Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron”.
Esto
se asocia además con la práctica de los católicos en tiempos de persecución.
Las misas se realizaban en las catacumbas y las
tumbas de los mártires se usaban como altar para la misa.
De
modo que los
restos de los mártires estaban debajo de los altares que se
usaban en las catacumbas.
Luego
cuando pasó la persecución, los primeros cristianos quisieron seguir conservando la
presencia de sus mártires cerca de ellos.
Y
así abrieron las tumbas, retiraron los huesos y los pusieron en frascos que luego colocaron
debajo de los altares de las iglesias.
Es
por eso que en Roma se ven frascos con reliquias en exhibición debajo de
altares.
Y es más, es una tradición tan fuerte que no
sólo los altares sino también Iglesias fueron construidos sobre tumbas de
santos.
Este
es el caso por ejemplo de la Basílica de San Pedro y de la Basílica de San Pablo Fuera de Muros, que fueron construidas
sobre las tumbas de estos dos apóstoles.
Esto
después se legisló y se liturgizó.
En
él numeral 1237 del Código Canónico dice,
“La
antigua tradición de colocar reliquias de mártires u otros santos debajo de un
altar fijo debe preservarse, de acuerdo con las normas dadas en los
libros litúrgicos”.
Y
en el numeral 866 del Ceremonial del Obispo lo aclara aún más,
“…debe
tener en cuenta lo siguiente.
a)
Tales reliquias deben ser de un tamaño suficiente para que sean reconocibles como
partes de cuerpos humanos.
Por
lo tanto, las reliquias excesivamente pequeñas de uno o más santos no deben
colocarse debajo de un altar.
b)
Se debe tener el mayor cuidado para determinar si las reliquias en cuestión son
auténticas.
Es
mejor que un altar sea dedicado sin reliquias que tener reliquias de dudosa
autenticidad colocadas debajo de él.
c)
No debe colocarse un relicario en el altar ni en la mesa del altar, sino
que debe
colocarse debajo de la mesa del altar, según lo permita el diseño
del altar”.
Por
lo tanto parece que no es imprescindible poner reliquias debajo del altar para
su dedicación.
Pero
cuando se ponen reliquias, deben ser de un tamaño adecuado para ser reconocidas
como tales y colocarse debajo del altar y en un altar fijo no móvil.
Además,
el ritual prevé una celebración para la consagración de altares nuevos, pero no prevé ninguna
celebración para insertar reliquias en un altar ya consagrado.
En
otros textos como el Misal romano se pide instruir a los fieles que resistan la tentación de formar
colecciones de reliquias y evitar la posibilidad de fraude, tráfico o
superstición.
Además,
habilita la posibilidad de sacar las reliquias en procesión y también llevarlas a enfermos y
moribundos para
consolarlos.
Fuentes:
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