LOS EXORCISMOS DE MARTA
EXORCISMOS REALES
Parte 6 de 6 (Última)
MUNDO SOBRENATURAL
Exorcismo del 27 de marzo
Marta venía con dos demonios
más, Separación y Miedo, y
con dos espíritus perdidos. Miedo salió haciendo señales de la cruz en la
zona de la cabeza donde estaba. Concretamente estaba situado en las sienes y en
el estómago. No estaba en esos tres lugares del cuerpo a la vez, sino que iba
del estómago a una sien, y de una sien a otra sien. Uno de los espíritus
perdidos nos dijo su nombre, Jalaishar, y cuando le pregunté que dónde
había vivido hasta que murió, me contestó que en Arabia. Como siempre, los
primeros en salir fueron los espíritus perdidos. Estos para los demonios, hacen
la función de pantalla frente a nuestras oraciones. Los espíritus perdidos
salieron, como siempre, simplemente rezando.
5 de abril
Tenía los siguientes demonios: Satán, Miedo, Confusión, Desconfianza y
Veneno. Miedo o había vuelto a entrar o se trataba de otro
demonio con el mismo nombre. A Veneno lo que más le debilitó fue
hablarle de cosas respecto a la Salvación. A Desconfianza lo que más
pavor le produjo fue rezar el Credo. Respectivamente, a lo largo de las horas
que duró la sesión, a la pregunta de qué sería la cosa concreta que les haría
salir, una había escrito salvación y otro creer. Miedo a esa pregunta,
escribió: cantar. A Miedo le pregunté cual era el pecado
predominante que le había hecho condenarse, y ante nuestra sorpresa escribió: droga,
sexo y perversión. Después escribió:
Pecados, pero no me arrepentí. Sentí miedo de todos mis pecados.
Yo me condené. Tuve una oportunidad, pero negué a Dios.
Quedaba claro que el que la
poseía era el alma de un hombre que se había condenado. Tras aquello
escribió:
El
nombre que tomamos suele indicar el daño que
se
pretende hacer, pero puede haber varias funciones.
En este caso, no se cumple ni un mínimo [daño] del que se pretende.
Dios no lo permite.
Yo creí que estaba escribiendo
tantos detalles con tanta lentitud para distraer de la oración a la gente que
estaba allí orando. En todas las sesiones, mientras la posesa escribía, la
gente solía despistarse mirando al papel. Había yo repetido innumerables veces
que no se despistaran de la oración, ni miraran el papel, que, después, yo les
leería lo escrito. Pero era imposible, la gente se desconcentraba de la
oración. Llegué a pensar que podía ser un ardid escribir aquello con una
lentitud increíble, así que comencé a ordenarle en el nombre de Dios que
saliera de ese cuerpo. Pero por más que le exorcizaba, no daba el más mínimo
signo de turbación y seguía escribiendo, como si tal cosa. Esa prueba la había
hecho muchas otras veces. Pero siempre
que al demonio de dentro le ordenaban de lo alto escribir, mis exorcismos no
interrumpían su labor lo más mínimo. Eso era un signo claro de que la orden
venía de parte del lado de la Luz. Aquel día, sin embargo, di un paso más, no
sólo le exorcicé mientras escribía, sino que incluso le ordené en el nombre de
Jesús que no siguiera escribiendo. Pero por más que insistí, no tuvo efecto.
Por el contrario, después de acabar de escribir las líneas anteriores, añadió:
A
mi no me interesa que sepáis nada. ¡Qué tontos sois! Me obligan a hablar.
Cuando
pare [de escribir] me voy. Tontos.
Si
fuera por mí, no diría nada.
Efectivamente, lo más frecuente
era que el demonio escribiera sólo tras muchas oraciones y rosarios. Y que tras
escribir, el demonio saliera. Hay que dejar muy claro a los futuros exorcistas
que lean la historia de este exorcismo que el exorcista sólo debe hacer
preguntas para saber cosas que sirvan para sacar al demonio. Y no preguntar
curiosidades sobre los demonios o el infierno. El demonio es mentiroso y
fácilmente engañará al sacerdote por buen teólogo que sea. Todos los datos que
dé el demonio de sí mismo pueden ser verdaderos o falsos, no hay manera de
saberlos. Mientras que las preguntas referidas únicamente a cómo sacar al
demonio sí que se pueden comprobar. Dicho de otro modo, si le preguntamos en
qué se diferencian las serpientes infernales de los escorpiones demoníacos, no
habrá manera de comprobar si lo dicho es verdadero o falso. Mientras que si le
preguntamos qué cosa le va a hacer salir, eso si que es comprobable.
En definitiva, el Señor en este
caso de Marta nos dijo muchas cosas muy útiles para los exorcismos. Pero los
futuros exorcistas deben tener mucho cuidado de no convertir algunos ratos de
los exorcismos en una especie de espiritismo cristiano. Allí se está para
expulsar al demonio, no para hablar con él. Hay que hablar con él lo necesario,
nada más.
Antes de salir Miedo,
reconoció con rabia y a la fuerza que Dios era Señor, pero añadió del cielo.
Otro sacerdote presente le obligó a reconocer que era Señor del cielo y de
la tierra. Pero el demonio seguía insistiendo en que Dios era Señor del
cielo, y Satán señor de la tierra. El sacerdote por su parte usó el
nombre de Jesús para obligarle a reconocer la verdad. Finalmente, Miedo
dijo que Él es Señor del Cielo y de algunos de la tierra (Teológicamente
hablando, Dios es Señor del cielo y de la tierra. Pero sí que es verdad que
algunos hombres se resisten a aceptar la soberanía del Altísimo).
15 de abril
Tenía tres demonios: Satán, Herir
y Zafra. Gritó al principio mucho, para después sumirse
durante las tres horas siguientes en un mutismo total. Abría la boca como si
atormentado por nuestras oraciones quisiera gritar, pero no pudiera; lo cual
había sucedido muchas otras veces. Una cosa interesante que escribió fue:
Queda poco
3
El tres estaba inscrito en
un círculo como modo de subrayar especialmente ese número. Era la segunda vez
desde que comenzó el caso que escribía en sus mensajes un 3. La madre y yo lo
interpretamos como que el exorcismo duraría tres años. También escribió:
Pedro se salvará
Varias veces, para animarme en mis
oraciones, me había imaginado yo el alma de Pedro saludándonos en el cielo y
diciéndonos: yo soy el alma que vosotros salvasteis. Y ahora se nos decía
que al final todo acabaría bien, hasta eso, hasta
la salvación del jefe de esa secta maligna.
24 de abril
Había los siguiente espíritus -3
demonios- dentro: Satán, Dolor, Haen
(Este nombre lo pronunció con una H aspirada muy leve, seguida de una A
larga y de una E muy breve, que significa Suciedad) y dos almas
perdidas. Un alma perdida dijo que se llamaba Juan,
la otra que fue la primera en salir no dijo su nombre. El segundo en salir fue
Suciedad, después Dolor, y el último Juan al que Satán no dejaba marchar de
ninguna manera.
Los nombres de los espíritus los
escribió de forma muy confusa y caótica, pues hubo que sonsacarles los nombres
y el demonio respondió por escrito de la forma más parcial que pudo para tratar
de confundirnos. Tras los nombres, un rato después, trazó un 3 dentro de un
círculo. Y escribió:
Brillará la estrella
La madre y yo pensábamos que el
caso iba a durar tres años. La Estrella era la Virgen María. Después sin más
aviso añadió:
Tranquila, es buena persona
Esto iba dirigido a la madre
porque la semana pasada su hija Marta había empezado a salir con un chico. Esto
apenó mucho a su madre porque siempre le había dicho a Marta que no debía
empezar ninguna relación afectuosa con ningún chico hasta que quedara liberada,
ya que la mayor parte de los chicos de hoy día eran lujuriosos y ella debía
mantenerse casta. La madre había insistido en que tenía que centrarse en la
oración y la vida espiritual. Y que cualquier noviazgo debía posponerse. Sin
embargo, ese mensaje escrito (el demonio escribía porque le obligaba San
Miguel) la dejó con serenidad.
Le
pedí después a San Miguel que nos dijera algo para acabar con un caso de
influencia muy fuerte por el que llevaba yo rezando un año. Y escribió:
Rezar
ella debe hacer sacrificios
amar
a los enemigos
no
enfadarse con los demonios
no
insultarlos, pues si lo hace ellos contentos
más
exorcismos
Después escribió unas líneas destinadas a la madre de Marta:
No te enfades con ella [la hija]
Soy San Miguel
Ella rezar; Pedro se salvará
Antonio perdido
Fernando empieza obsesión con ella
rezar mucho
Ella no caso Fernando
Si cambia fin
Eran los nombres de los tres
integrantes de la secta satánica. Uno de ellos comenzaba a sentir la misma
pasión sexual por ella que estaba sintiendo el jefe de la secta. Si cambiaban
Pedro y Fernando todo acabaría pues la secta se desharía, ya no habría más
invocaciones a las fuerzas del mal y ya no entrarían más demonios.
Siempre es bueno alejarse de las personas que ordenan el maleficio,
pero en el caso de ella no es necesario. Aunque ralentiza el proceso
[de liberación].
Esto coincidía con lo que decía
el padre Gabriele Amorth, exorcista de Roma, en uno de sus libros, cuando
aconsejaba a las personas que estuvieran en la situación de Marta que rompieran
todo contacto con aquellos que hacían los maleficios. En este caso era
complicado hacerlo porque eran compañeros de curso en la facultad.
Ella debe conseguir que él rece más.
No te atormentes pensado "no era el momento".
Ella es importante en la vida de él.
Ella debe rezar por él y tú también.
Esto se refería al chico con el que empezaba a salir.
Aunque ya no había más demonios
dentro de Marta más que Satán y un alma perdida, había más demonios por la
capilla y por eso escribió:
Satán tiene muchos alrededor. Rezar alejamiento.
Después le hice una pregunta respecto a un buen amigo
mío, un ruso ortodoxo colaborador de un exorcista. Desde hacía unos días había notado que algo le había entrado por la
espalda y se movía dentro de él. Concretamente se movía en la zona
del riñón izquierdo y en la cabeza en la parte del cogote. Era un buen
cristiano, muy implicado en el apostolado. La posesa escribió dos cosas
respecto a porqué habían entrado y dos para que salieran:
Permisión
de Dios
Santificación
rezar
hacer
cruces ahí donde estén
Aunque la posesa no conocía nada
a mi amigo en Moscú, lo que escribió encajaba perfectamente. Él no era un
pecador. Yo pensé que Dios lo había permitido para que así conociera por
experiencia algunas de las desagradables sensaciones y sufrimientos de los
posesos.
Quiero una vez más dejar muy
claro a futuros exorcistas que no deben considerar al demonio una fuente de
información a la que uno puede ir con un cántaro como si fuera un pozo. Al
demonio hay que ordenarle salir y sólo preguntarle lo que se vea que es bueno
saber para que salga cuanto antes. El demonio miente, es mentiroso por
naturaleza, pero lo que sucedía en este caso es que tras años de experiencia en
el ministerio ya sabía cuando decía la verdad, y cuando mentía o decía cosas de
dudosa credibilidad. Yo lo sabía con total seguridad, aunque no es fácil
expresar en el papel el modo de saber cuando el demonio dice la verdad. Pero
al escribir estas cosas siempre tengo el temor de que habrá sacerdotes que no
se sustraerán a la tentación de preguntar al demonio para conseguir información.
Camino totalmente errado que les llevará al error, a la soberbia y a convertir
el exorcismo en una sesión de espiritismo, cristiano pero espiritismo.
En fin, hecha una vez más, otra,
esta advertencia, continúo refiriendo aquí lo que la posesa siguió escribiendo:
Satán se va a ir en breve
tiempo muy cerca,
fin proceso ella.
Pero
no fin proceso concienciación
Ocurrirá
un milagro por el cual muchos creerán.
España
mal
Rezar
no más atentados
ETA
sector radical con terroristas islámicos atentados 11M
Soy
San Miguel
La Virgen lo descubrirá
sólo tenéis que esperar y rezar
No
[fue] Bin Laden [el que ordenó el atentado del 11M de Madrid]
Bin
Laden odio USA
No
se podía haber evitado 11S
Quieren
hundir a Bush
montaje
yo [Satán] quiero hundir Bush
San Miguel dice no se saldrán con la suya aunque al principio pueda
parecer que sí.
Los que obran mal acabarán mal.
Las cosas que no empiezan bien
acaban mal (Esa frase "las cosas que empiezan mal, acaban mal", tenía
un significado críptico que tanto la madre como yo entendimos al momento, pero
no conviene por ahora que sea dado a conocer).
Esta parte anterior puede parecer extrañamente política. Desde
luego la escribió motu propio sin preguntarle nada. Al comenzar a escribir
estas cosas en medio de la capilla en la que todos estábamos rezando, yo me
sentí muy incómodo. Pensé que quizá nos estaba engañando. Así que le ordené que
dijera alabanzas a Dios. Las dijo sin ningún problema mientras no dejaba de
escribir. Las alabanzas que comenzó a decir no interfirieron para nada en la
velocidad y tranquilidad con que escribía. Comencé yo a recitar con verdadera
fe fórmulas exorcísticas. Pero nada, proseguía con su escritura sin inmutarse.
A estas dudas que yo tenía, a estos continuos exorcismos que le hacía, se debe
el que varias veces escribiera "soy San Miguel". Finalmente me senté
en un banco y seguí rezando convencido de que sí que era verdad que era San
Miguel.
No me hacía mucha gracia lo que
había dicho del presidente de Estados Unidos porque suponía mezclar la política
con lo espiritual. Claro que después reconocí que el presidente George Bush
estaba defendiendo la postura más cristiana posible dentro de la política de su
país. No digo que fuera un presidente perfecto, sólo digo que defendía una
política cristiana y que eso no le era indiferente al demonio. La semana en la
que San Miguel escribió eso fue en la que George Bush estaba sufriendo un
terrible ataque político y mediático acerca de si podía haberse evitado el
atentado del 11 de septiembre.
Aquel
mensaje político lo que indicaba era que a Satán no le era indiferente la
política. Y que también él tenía sus candidatos favoritos, como sus candidatos
menos preferidos.
Acabó escribiendo:
Dios es muy justo.
Permite un mal sólo en la medida que puede hacer un bien. Dios con
vosotros.
Muchos de los muertos del 11M y 11S han ido con Dios
de lo contrario se hubieran condenado.
Lo que decía es que había gente
en ambos atentados que Dios sabía que si hubieran seguido viviendo se hubieran
condenado.
Dios quiere la salvación de todos
no estéis tristes, rezar
Algunos necesitan todavía vuestros rezos.
Los sentimientos de compasión y amor a los demás son buenos.
Algunos, muchos, no entienden el desastre. Deben saber están con Dios
muy bien.
Dios no tiene la culpa de todos los muertos
Mucho más [importante que] estar con vida es la salvación del alma.
Deben saber Dios con ellos en el dolor.
Rezar por los familiares de las víctimas, no entienden que están
salvados. Siempre
estarán con ellos aunque no los vean. Soy San Miguel.
Cuando acabó de escribir ya del
todo, no pude evitar poner una cara de desagrado. Las páginas de aquel día no
podían traerme más que problemas. Yo escribo en el diario lo que la posesa
dice, todo. Hago de notario, no elijo qué escribo en el diario y qué es lo que
no escribo. Cómo haya que interpretar lo que un poseso dice en un exorcismo lo
dejo a cada cual. Esto es un diario fiel a lo que sucedió y se dijo. Cada uno
después que haga las elucubraciones que desee.
Dentro de la posesa ya sólo
estaba Satán, así que me levanté, sobre la sotana me puse el roquete y la
estola blanca y le di la comunión. Otra vez los gestos de horror habituales, yo
ya estaba acostumbrado. Pero a lo que no estaba acostumbrado fue a lo que iba a
seguir.
Yo volvía del sagrario y, camino
hacia la sacristía, observé que la posesa comenzó a hablar, de forma espontánea,
sin que nadie le preguntara o dijera nada. Varios de los que formaban el equipo
de gente que me ayudaba habían comulgado y el silencio era total en la cripta.
Me senté a escuchar lo que decía,
lejos estaba yo de saber que aquella voz desagradable, la típica de un poseso,
iba a hablar durante veinticinco minutos. Veinticinco minutos en que San Miguel
le obligó a Satán a hablar y el resultado fueron unas palabras que constituyen
un verdadero sermón. Al oír lo
interesante que era lo que estaba oyendo fui a por una grabadora y grabé todo
menos los dos minutos iniciales. Satán,
obligado por el arcángel y con la Eucaristía todavía dentro del cuerpo de la
posesa, dijo:
Ellos
no conscientes del todo, luego serán almas perdidas.
[En los dos minutos que no grabé había hablado la posesa de los cada
vez más frecuentes casos que salen en las noticias de personas que matan a
miembros de su propia familia]
El demonio actúa en ellos. Por eso mata
mujer hijos, mujer mata marido, hijos matan madre, todos influidos, demonios. De
saber existencia demonios, evitarían muchas muertes. Hay muchos demonios,
obsesión. Obsesión, obsesión, muerte. Deben saber existen, evitarían
muertes, con un simple rezo, con un simple rezo, tanta policía.
Ay, llegan tarde. Sólo un simple rezo
bastaría para que no ocurriera la muerte. Deben
saber, deben saber, que la mejor manera de protegerse es rezar y llamar a San
Miguel que va siempre. Ay, Ay,
gente es muy tonta. Gente debe creer. Se creen listos, ay, son tontos. Ay, el demonio quiere que la gente no crea en él,
no crea en la existencia. Muy importante la gente sepa...
¡sepa!, muy importante, no tanta
psiquiatría. Psiquiatras piensan esquizofrenia, ellos locos. El loco
esquizofrénico mata a su mujer, en realidad está poseído por muchos demonios,
no sólo por uno, tiene muchos, exorcismo. Lo cual no quiere
decir que la esquizofrenia [no] existe, pero muchos de los que matan tienen
demonios. Personas cercanas deben rezar, mucho. No hace falta asistir a sesiones de espiritismo para que esas personas
queden poseídas.
Aumentan terriblemente las
posibilidades de tener demonios si vas a una sesión de espiritismo. Quieres
hablar con el demonio, el demonio se queda contigo, aunque no dentro, pero en
algunos casos posiblemente fuera. Prácticamente todo el mundo que ha hecho [es
incomprensible la palabra] tiene los demonios muy cerca o dentro de ellos.
Si vienen a consultar algo,
porque las cosas les salen mal, no se manifiesta demonio en ellos porque está fuera.
Deben alejarlo de ellos. Muchos de los que han venido aquí [se refería a la
gente que viene a la parroquia a consultarme sobre este tema] lo tenían fuera.
Se fueron pensando que no tenían nada, pero lo llevaban fuera. Hay mucha gente
no sabe lo que tiene, piensan que están locos, van de psiquiatra en psiquiatra,
diciendo, ay, alguno que me curará, ay, cada vez tomo más pastillas, que no les
hacen nada, y algunas veces piensan "¿Dios por qué me permites
esto?". Los que no creen terminan pensando que están terriblemente locos.
El demonio les ataca terriblemente, es una pena que ellos no lo sepan, en el
momento en que piensen por un momento en Dios, se les abrirá el camino para que antes o después salgan los demonios de
ellos. Deben pensar, aunque sea un momento, en Dios. Si no los pobres están
perdidos. Aunque si mueren no irán al infierno, irán con Dios. Muchos
sufrimientos que se podrían evitar si supieran lo que tienen, es muy importante
que lo sepan, muy importante, la gente piensa: ay qué listos que somos que no
creemos en Dios, que no creemos en el demonio, eso son fantasías de la gente de
la Edad Media, fantasías.
Por eso se hizo la Inquisición,
porque no sabían cómo acabar con los brujos, no sabían ninguna forma de acabar
con ellos. Pero el problema es que murió mucha gente inocente. Aunque también
murieron brujos. Lo cual no les daba derecho a torturarlos, no debían haber
hecho eso. Debían haber rezado mucho más de lo que rezaban. El problema es que la gente de la propia
Iglesia estaba infectada, estaban muy mal. No se justifica la inquisición
de ninguna de las maneras. Pero no se les ocurrió otra forma mejor que acabar
con muchos brujos.
Mucha gente de la Iglesia
infectada por demonios. Muchos
con demonios dentro, sobre todo en el País Vasco. Otros influidos, no ven. No
ven nada. El País Vasco está muy mal, lo que peor está de España. Demonio
quiere la destrucción, la destrucción, por eso atentados, allí les lavan el
cerebro, quedan inutilizados como personas, total y absolutamente, luego si mueren
serán las “almas perdidas”. Habrán hecho muchas atrocidades, pero no están del
todo conscientes. Por eso no encuentran el camino.
Porque al principio cuando no tenían lavado el cerebro no eran del todo malos,
hicieron algo bueno en su vida. Y Dios es misericordioso. Dios tiene compasión
de todos. Dios quiere que todos se salven. Pero hay gente que no quiere ver;
están completamente ciegos, y piensan que listos somos que no creemos, que
listos, yo puedo con todo, yo puedo más que nadie, yo, yo, tanto, tanto en el
yo, que no ven que se van a hundir; al final el demonio quiere aprovecharse de
ellos. Es la falsa soberbia. Soberbia se apodera de ellos. El demonio les ataca
por ahí. Deben ser buenos. No deben decir tanto yo, yo, yo, porque sin Dios no
van a ningún sitio. Si hacen, si consiguen, las cosas que consiguen, buenas, es
porque Dios quiere que las consigan. Dios está con
ellos aunque a Él no lo vean, pero, ay, cometen el error de pensar que son
ellos solos. Ellos solos se irían a la miseria, se hundirían
porque el demonio está activo, pero que muy activo. Lo que pasa es que Dios
tiene mucha misericordia. Dios tiene compasión de todos. Con que en un momento
de sus vidas piensen en Dios, ya tienen posibilidad de salvarse. El demonio
quiere corromperlos, hundirlos completamente y cuando ya sean suyos que no
puedan salir, entonces los mata, el demonio los mata, acaba con ellos, para que
sean completamente suyos. Pero Dios les da muchas oportunidades para que se salven,
muchas oportunidades, un leve resquicio donde entre un poco de luz y se puedan
salvar. Por eso viven tiempo. Cuando
ya después de muchas, pero que muchas oportunidades, han decidido completamente
con su voluntad ser de Satán, entonces se mueren y se convierten en demonios. Aunque Satán lo
que quiere es que todos perdáis la fe, todos, que así ya se apoderará del alma
de ellos. Y él lo que quiere es
ser el dueño de este mundo. Él se cree el dueño de este mundo porque puede
provocar males, y de hecho los provoca. Pero Dios permite un mal sólo en la
medida en que pueda hacerle un bien a la persona. Por ejemplo, una persona está
próxima a condenarse, le falta muy poco, y esa persona la matan, entonces se
convierte en un alma perdida o se salva, depende del bien que haya hecho en
esta vida y del mal. Y de si se ha arrepentido de ese mal o no. Pero Dios
insiste en que quiere que todos se salven. Lo más importante de todo es que
todos os salvéis... todos... todos.
Rezad
mucho porque Satán está muy activo en este mundo. Le queda poco tiempo en el
mundo. Y mucho menos, mucho
menos, menos, menos del que podéis imaginar en este cuerpo. Muy, muy, muy poco.
Ya está muy muy muy muy cerca. No quiere decir que sea la próxima, ni en la
siguiente, pero queda muy muy muy poco. Ella debe rezar por la salvación de
Pedro, es muy importante que ella rece porque Pedro le ha hecho mucho, mucho,
mucho daño. Si ella de corazón reza por él, por Antonio y por todos se
salvarán. Es muy importante rezar por él, pero ella debe rezar más. Ella reza poco por él. Pide, pero reza poco por él. Debe
rezar más. Perdonar de corazón con toda su alma a él y a todos los que le
mandan el daño. Es muy importante que rece de corazón no sólo
de palabra. Rezar por su conversión. Por Pedro, por Antonio y por la
disolución de la secta. Es muy importante que ella rece, muy muy
importante. Debe rezar más. Por lo menos un misterio del rosario entero sólo
aplicado a ellos. Y debe perdonar de corazón con toda su alma. Debe pedir con
todas sus fuerzas que se convierta.
Después del proceso, rezar por
otros, ella puede ayudar mucho. Debe rezar cuando Satán salga y esté bien
plenamente, ella debe rezar por otras personas para que se curen y para que se
vayan las influencias del demonio que pueda haber en otras personas. Ella debe
rezar por otras personas. Aunque a veces ya lo haga, ahora y luego cuando acabe
el proceso debe seguir si alguien le pide ayuda. Ella
tiene un don. Es importante que rece.
Dios está con vosotros siempre. Y
tú [la madre] no te enfades con ella. Y reza por él también [por el chico con
el que había comenzado a salir]. Es importante que reces por él también, y ella
también. Importante en su vida. No pienses que no era el momento. Estate
tranquila. Muy importante rezar.
Caso
de Carmen [otra chica que sufría una larga influencia] debe no enfadarse con
demonios, muy importante que ella no se enfade. Porque si no ellos felices.
Ella debe aprender a amar a los enemigos. Muy muy duro, pero debe aprender a
amar, perdonarles de corazón y no guardarles ningún rencor y encomendarse todos
los días a la Virgen, al Espíritu Santo y San Miguel. En cuanto se note mal,
llamar a San Miguel y tener mucha, mucha fe.
En ese momento, en voz muy baja, le pregunté yo si el demonio estaba en la “práctica
del péndulo (radiestesia)” y en los “viajes astrales”. Respondió con un breve sí. Después le pregunté si
en las dos cosas, a lo que también respondió afirmativamente.
-¿Siempre? le pregunté. No, respondió.
¿No siempre? No. Hay caso que sí, pero hay casos que no.
-¿Hay algún modo de distinguir?
rezando
-¿Los hombres,
pregunté, pueden practicar “viajes astrales” si rezan?
No es recomendable, respondió. En algún caso excepcional no
vendría mal. Pero sólo en casos excepcionales, como regla general no.
[Después añadió:] Mayoría adivinos son falsos.
Hay gente que tiene don, pero siempre [en los que tienen ese don de Dios] es
para algo bueno, no para cosas malas. Muchos de los adivinos son falsos, no
tienen ni idea.
Hay demonios que son adivinos. Pero
prevén cosas malas. No te van a decir buenas.
[Yo entonces le hice una pregunta
de un asunto personal que me mortificaba mucho. Contestó:]
Paciencia. Paciencia. Tranquilo, no te preocupes. Todo a su debido
tiempo.
[Después de un largo silencio acabó con estas palabras:]
Pedro quiere matarla. Que pida perdón por él, importante
Después ya calló totalmente,
rezamos la Salve y la sesión acabó. Las siete personas que estábamos allí no
habíamos podido evitar el llorar de emoción ante las cosas que había dicho la
posesa. Alguna persona estaba tan impactada que, fuera ya de la capilla, no
dejó de llorar ni diez minutos después de acabada la sesión.
1 de mayo
Era la sesión 78. Estaban
Satán y dos almas perdidas. Porque la madre y la hija habían rezado mucho
sólo habían entrado almas perdidas y no demonios.
22 de mayo
Tenía cinco espíritus dentro. Tres demonios, Satán, Dolor y Judas, y dos
espíritus perdidos, uno que salió pronto, sin decir como se llamaba, y otro que
salió después, de nombre Juan.
Se le había preguntado al
comienzo de la sesión quién había sido el causante de que esos espíritus
entraran en Marta. Habían aparecido los nombres de siempre, Pedro y
Antonio, más uno distinto: Isabel. Otra chica perteneciente a la misma
clase de Marta y que también participaba en las reuniones de la secta satánica.
Después escribió:
No
mirar a Isa,
importante
porque
transmite un mal
También se
nos dijo que la mirada no transmitía nada por el hecho de mirar, sino sólo
cuando la voluntad de la persona quería provocar un daño. Pues escribió:
Peligro
cuando desean un mal
Yo le pregunté entonces si había que hacer algo concreto, específico,
para protegerse de eso, la respuesta fue:
Rezar.
Muchas veces me veía obligado por
las circunstancias a examinar supuestos posesos en momentos en que no tenía a
nadie más conmigo para ayudarme. No siempre contaba con colaboradores para orar
conmigo cuando alguien venía por primera vez a ser examinado. Así que pregunté
si los sacerdotes tenían algún peligro al orar solos por una persona para ver
si estaba posesa, pues corrían historias de que los demonios podían saltar al
sacerdote. Pero escribió:
Dicen que no os preocupéis.
El espíritu que se llamaba Juan dijo que se había suicidado
en 1998. Le preguntamos por sus apellidos. A nuestras preguntas respondía muy lentamente,
con voz casi inaudible a través de la posesa. La lentitud era tal que o él no
quería responder o algún demonio se lo impedía hablándole al mismo tiempo. Pero
al final logramos sacar que su nombre completo en vida había sido Juan Morales
Mendoza, que había nacido en Granada (España) y había muerto en
Lyon (Francia). También dijo con la misma lentitud:
Yo no quería creer en Dios
No quise creer:
No hay remedio.
Yo fui muy malo.
Yo vi mucho fuego y una puerta muy grande.
No quiero ir al infierno.
Muchos allí y muy malos.
Maté. Dios no me perdona. Yo muy malo, bebía mucho,
daba palizas a mi mujer hasta que cogí un cuchillo y la maté.
No pecar; no matar; esto es horroroso.
Yo no creía, mi familia no creía. No me gusta estar aquí.
Deseando que dejara ese cuerpo y
fuera hacia Dios, le pregunté si veía alguna luz. Pero dijo que no, que había
mucha oscuridad. Así que comenzamos a rezar. Varias Avemarías después le
pregunté si veía algo. Entonces sí que dijo:
Veo una luz.
Durante más de diez minutos le
dije que fuera hacia la luz, pero él insistía una y otra vez en que aquella luz
le daba miedo. Yo le explicaba que Dios es misericordioso y que en esa luz
estaba el camino hacia Dios. Pero el alma perdida insistía en que él había sido
muy malo y que Dios no le perdonaría. Por más que se le explicaba lo contrario
no vencía ese temor. Así que seguimos rezando. Yo le decía que repitiera frases
tales como Dios acógeme, ten piedad de mí, Señor perdóname. Al principio no
quería, pero después comenzó a repetirlas. Unos minutos después dijo:
Veo una mujer.
Yo le pregunté si le decía algo,
pero respondió que no. Que sólo le miraba. ¿Cómo es su mirada?, le pregunté.
Dijo que tranquila. Le dije que le dijera cosas como "Virgen María,
apiádate de mí, he sido malo pero ahora pido perdón, Mamá acógeme".
Después dijo:
Me da la mano. Ya no tengo
miedo. Vienen criaturas con luz. Me voy con ellos. Veo un hombre fuerte junto a
otro mayor. Pido perdón por lo que he hecho. Me quedo en la luz. Gracias.
El alma de Juan salió como casi
todas las almas perdidas salen, con una larga expiración a través de la boca.
Tras eso la posesa suele quedar tranquila, tumbada como estaba como si durmiese
con una gran paz.
Tras la salida de ese alma
seguimos rezando por el primer demonio, el demonio inferior, que era humano y
cuyo nombre era Judas.
Cuando preguntamos en cada sesión cuántos demonios hay en la posesa, en las
repuestas que se nos dan, las almas humanas condenadas al infierno son
asimiladas en todo a los demonios. Es decir, se les considera “demonios-humanos”.
Tras muchas oraciones, Satán comenzó a hablar:
Judas se condenó
Dolor escogió la condenación para si mismo.
Yo lo llevé a la condenación.
¿Por qué rezáis tanto? ¡No recéis!
Judas
Iscariote está dentro.
Le ordené en el nombre de Jesús
que me dijera que era lo que más le atormentaba a Judas Iscariote para hacerle
salir:
El
anuncio de la Pasión de Cristo le hace salir
Me costó bastante rato comprender
exactamente qué era aquello del "anuncio". Hice muchas
pruebas, pero veía que no acababa de dar exactamente en el clavo. Por más que
le interrogaba, él se negaba a responder. Tan sólo me decía irónico: ¿Es que no
lo comprendes? ¡Qué tonto eres! Finalmente, tras cinco o diez minutos de
pruebas lo comprendí. Lo que quería decir era que de todas las cosas que
pudiéramos decirle, nada le atormentaba tanto como recordarle los momentos de
aquellos tres años en que Jesús le hablaba de la Pasión. Todos los signos en
que se iba perfilando más y más lo que iba a suceder: el sufrimiento de Cristo.
También le pregunté cuántas veces Jesús le había hablado a solas y le había
dicho que cambiara. Me dijo que "muchas". (1) En tantos
siglos has tenido mucho tiempo para contar el número exacto de veces que lo
hizo, le dije.
¿Cuántas fueron exactamente? Volvió a repetir que muchas. ¿Pero no
sabes el número exacto? No, me respondió.
(1)
Esto está confirmado en la obra de 11
Volúmenes de “El Hombre Dios”, escrito por María Valtorta. (“Armando
Graneros”).
Es curioso advertir que la voz de
Judas no estaba cargada de especial ira, ni odio, ni agresividad. Era la voz de
alguien, más bien, triste. Después, a colación de algo que dije yo, añadió:
Me condené en el momento que lo vendí.
Tuve miedo. No me quise arrepentir: Satán vino a por mí
[en el momento de la muerte] y me fui con él. No quise arrepentirme.
Le pregunté, pues quería saberlo con precisión y exactitud, qué era lo que hacía que alguien se condenase.
Contestó:
La
voluntad.
Si no se arrepiente la voluntad, no hay salvación.
Le pregunté que por qué le había
entregado por treinta monedas de plata. Pensaba que podía haber alguna razón
simbólica profunda. Mas contestó:
Treinta monedas era bastante.
¿Conocías la profecía de
Isaías? Me refería a la profecía en que se decía que se tasaría al Hijo
del Hombre en treinta monedas de plata.
Sí, la sabía.
¿Y te dabas cuenta?
Sí.
¿Por qué quisiste devolver el dinero?
Porque era dinero de sangre.
Todas estas cosas nos la iba
diciendo en medio de mis afirmaciones acerca del amor que Cristo tuvo hacia él,
de que él hubiera sido uno de los doce Apóstoles enviados por el mundo a
predicar la nueva fe, de que hubiera sido conocido San Judas Iscariote, de que
si después de traicionarle hubiera ido a la Virgen María, hubiera logrado el
perdón de Dios, y cosas así. Al final salió.
Dolor, un espíritu mudo,
también salió una hora después. Observé que un rato antes de salir, otro
demonio había venido a la capilla, porque un extraño ruido metálico como de un
"click" sonó en una de las esquinas de la capilla. El mismo ruido
sonó después cerca de la otra esquina. Tras unos segundos, volvió a sonar
detrás de nosotros. Solíamos saber que
había demonios en la capilla porque su presencia solía ser delatada por
crujidos en el techo.
Aquel falso techo de la capilla
se prestaba a crujidos de dilatación. Pero hacía ya tiempo que la madre de
Marta me había hecho reparar en que a veces durante las sesiones de oración,
los crujidos eran demasiado numerosos. Y comprobé que así era. Incluso alguna
vez, como en esa sesión, el crujido era más bien como el que formaría una
repentina y breve corriente de aire que recorriera ese falso techo por encima.
Pero aquellos sonidos solían suceder no encima de nosotros, sino en las partes
más alejadas de la capilla, como si el poder de la oración o los ángeles les mantuvieran
lejos del grupo que estábamos rezando junto a Marta.
No obstante, con cierta
frecuencia, yo sentía que algo me estaba tocando la parte superior de la cabeza.
Haciendo
la señal de la cruz sobre esa parte, o echando agua bendita, desaparecía esa
sensación.
Una de las cosas más interesantes
que Judas había dicho en esa sesión era algo que yo ya había más o menos
barruntado con mis especulaciones teológicas. Y es que la última gracia eficaz
para el arrepentimiento no tiene por qué recibirse en el último momento de
vida. Puede recibirse unas horas antes de morir e, incluso, unos pocos días
antes. Si ese último intento de Dios por cambiar a la persona es rechazado, esa
persona es como si ya estuviera condenada, aunque le quedan unas horas de
existencia sobre la tierra.
El que una persona pierda la
postrera gracia eficaz que le hubiera podido devolver al estado de gracia,
supone condenarse irremisiblemente.
El número de gracias es limitada,
y tras la última gracia no hay ninguna más. El número de gracias que mueven al
arrepentimiento puede ser un número astronómico, tan astronómico que puede
parecer ilimitado, pero su número no es infinito. Y tras la última gracia, no
nos engañemos, no hay ni una más.
Dicho de otro modo, hay almas que
han abrazado tan intensamente el mal y han rechazado tan conscientemente a Dios
una y otra vez, tantas veces, que ya no van a cambiar. Cuando Dios ve que eso
sucede es cuando permite que mueran.
Y en el caso de los pecadores que
rechazan a Dios con todas las fuerzas de su voluntad, ese momento en el que se
rechaza la última gracia no tiene por qué ocurrir siempre y necesariamente en
el último segundo de la vida. En ese momento el alma se separa del cuerpo, pero
la voluntad ya se ha decidido de modo inamovible antes.
Cuando alguien no sólo odia a
Dios, sino que lo odia ya de forma consumada, abrazando ese odio de forma
consciente, deliberada y con la firme voluntad de que sea un odio definitivo,
entonces Dios abandona su esperanza sobre esa persona. Siempre, antes de
abandonar a alguien, hace su último intento. ¿En qué consiste el abandono por
parte de Dios? En que envía su última gracia. Rechazando el último intento de
Dios por salvarle, rechazada la última gracia, entonces esa persona ya tiene su
destino fijado. Puede tardar todavía unas horas o unos pocos días en morir,
pero ya es un alma como condenada a la que le quedan unos días de vida.
Normalmente, nadie está más allá de unas horas o unos pocos días en este
estado. Cuando uno ya está condenado, Dios permite que muera pronto para que no
siga haciendo el mal, para que no siga añadiendo pecados a pecados. Dios
permite su muerte y el demonio está deseando matarlos para hacer su cosecha.
Judas tras vender a Jesús por
unas monedas de plata ya había tomado su decisión irreversible al vender a
Jesús. Por eso Jesús le dirá en la Última Cena que lo que tuviera que hacer lo
hiciera pronto. Ya no le dice que no lo haga, ya no le dice que se lo piense
otra vez, ya no hace un último intento. En ese momento Jesús podría haberlo
hecho, pero no lo hace. Sabe que él, Judas, ha optado definitivamente por otro
destino y sólo le pide que no dilate más esa tortura de hacerle esperar la
Pasión.
Todo esto tiene muchas
enseñanzas. Una de ellas es que cada gracia es irrecuperable si la perdemos, es
una menos. Y la segunda enseñanza es que la eternidad ya comienza aquí en la
tierra, la de todos los hombres. La muerte es sólo la pérdida del cuerpo, pero
el espíritu es el mismo, exactamente el mismo, sólo hay que purificarlo para
que entre a la presencia de Dios. La vida es sólo y únicamente el camino donde
nos forjamos nuestro espíritu para la eternidad. La gente piensa que no importa lo que hagamos en la vida porque al
final nos arrepentimos y todo cambia. Lo cierto es que el espíritu donde
tiene que cambiar y transformarse es en la vida. Por eso se nos ha dado la
vida. La mayor parte de la gente cambia su destino eterno en el arrepentimiento
del último momento. Pero unos pocos, desgraciadamente poquísimos, gustan de la
unión con Dios (sin visión beatífica) ya en vida. Y otros pocos ya comienzan a
sufrir el infierno (que es un estado) también en vida. La mayor parte de las
almas se arrepentirán de sus pecados en el último momento, habiendo vivido una
vida meramente natural durante años y años. Pero unos pocos afortunados ya
comenzaron a vivir su cielo aquí en la tierra, pues estaban continuamente
unidos a Dios cada hora y cada minuto, aunque sin verlo. Desgraciadamente,
otros, muy pocos, afortunadamente, ya viven en ese estadio de odio a Dios bajo
la opresión de las pasiones desatadas. Se puede decir que en sus corazones ya
arde el fuego del infierno. Aunque todavía pueden arrepentirse. Cuando Dios ve
que su voluntad está firme en rechazar su amor de Padre es cuando permite que
dejen este mundo.
[El caso se interrumpe aquí porque todavía no ha alcanzado su
resolución]